Docudiario III: Desnudando al Gran Teatro Falla

El templo de las coplas, el epicentro cultural de la ciudad, la exquisita bombonera, hasta el cargante la casa de los ladrillos coloraos... El Gran Teatro Falla atesora todos los apodos imaginables (y los que están por inventar), no en vano, el vigilante de la plaza Fragela viene a ser el coliseo más cantado del mundo, reconocido y admirado pero, sin embargo, pocos son los que conocen todos sus secretos. La tercera entrega de la serie de cortometrajes documentales Docudiario, lo muestra al desnudo.

De esta forma, en apenas cinco minutos, el espectador de esta pieza se podrá hacer una idea de las mismísimas entrañas del Falla, de su verdadera dimensión y hechuras. Las telas y las entretelas de un edificio que más que un teatro es una emoción. Un lugar con voz propia que se define en su foso y contrafoso, con el enigmático pozo de marea; que sube a las alturas del Paraíso, con sus antiguas salas de fumadores y, más allá del cielo de Abarzuza, para visitar la renombrada estancia con una techumbre en forma de casco de barco invertido.

Los misterios del escenario también son accesibles para el enamorado del Falla en este III Docudiario ya que, no sólo visitaremos la escena, también subiremos a los pasillos de maniobra, en madera artesanal, toda una rareza para los teatros de reciente construcción, y jugaremos a ser el fantasma de la ópera en el mismo peine del Falla.

Los camerinos, la sala de prensa y vestuarios tampoco se escapan a la cámara de Lourdes de Vicente, que se saca de la manga esta magnífica mirilla por la que asomarse a la intimidad del Gran Teatro Falla y a la que nos acercamos gracias al empleado municipal del teatro Falla Lolo Franco y al jefe de sala del Falla, Antonio González. Gracias a ellos, y a la dirección del teatro, Diario de Cádiz desnuda para sus lectores al Falla sin pudor.