Defensa y Cádiz, una relación de amor y odio
La extensa presencia de equipamientos, infraestructuras y propiedades militares en la ciudad se ha ido perdiendo en los últimos años, quedando actualmente unos pocos espacios
La capital gaditana ha mantenido una estrecha vinculación con lo militar a lo largo de su historia. Y fruto de ello, buena parte del urbanismo de la ciudad pertenecía al Ejército y otras instituciones castrenses. Paulatinamente esa presencia militar se fue perdiendo en las últimas décadas, quedando actualmente reducida al mínimo. Pero la relación de amor - odio entre Cádiz y el Ministerio de Defensa sigue perdurando en el tiempo, como si de un eterno proceso de separación se tratara.
En los últimos tiempos, la ciudad viene reclamando los diferentes inmuebles o bienes patrimoniales de propiedad militar que han caído en desuso. En muchos casos, ese interés se ha plasmado en convenios de cesión firmados entre ambas instituciones; en otros, el cambio de titularidad de edificios, monumentos o murallas reclamado por el Ayuntamiento sigue aún a la espera. Y a todo esto se une también el interés de Defensa por deshacerse de propiedades, como ha ocurrido hace unos días con la iglesia del Santo Ángel Custodio, que según comunicó Defensa "carece de interés militar" para el Ejército de Tierra (al que está adscrita).
Muchos han sido los edificios o propiedades militares que en el último cuarto de siglo han pasado a manos de la ciudad. En 1986 se firmó un convenio con el Ayuntamiento sobre los terrenos de la residencia militar de Cortadura y del Hospital Militar; en 1990 los terrenos que protagonizaron un nuevo convenio fueron las bóvedas de San Carlos y las de la antigua Batería de San Felipe. Al año siguiente, el ámbito de actuación de otro convenio entre Ayuntamiento y Defensa fueron el castillo de Santa Catalina, la avenida Ramón de Carranza y el cuartel General Varela, aunque este último no se completó hasta un convenio complementario que se firmó en noviembre de 1993.
A finales de los noventa se consiguió uno de los lotes más importantes: la transmisión de las bóvedas de la calle San Germán y de Honduras, el espigón y cuartel de las bóvedas de San Carlos, la batería de San Felipe Neri, parte del antiguo Cuartel de Santa Elena y las fincas situadas en la explanada conocida como Campo de las Balas.
Y ya en el siglo XXI, el Ayuntamiento recibió de manos de Defensa el antiguo Gobierno Militar (en el año 2001, en un convenio que se estaba negociando desde 1998), el edificio de Intendencia - Academia de Artillería y la Escuela de Aplicación y Tiro.
Desde entonces, hay que esperar hasta este mismo año - una década después - para recibir nuevos bienes militares. Concretamente, se trata del Fuerte de Cortadura y del Club Marte, propiedades que ya son de la ciudad.
El caso del Fuerte de Cortadura se remonta al año 2000, cuando comenzaron las gestiones por parte del Ayuntamiento, en un primer momento reclamando en la reparación de la muralla. En septiembre del año 2004 es cuando el Ayuntamiento solicitó formalmente a Defensa la cesión del Fuerte de Cortadura - en un paquete en el que también se incluía la petición de cesión del edificio contiguo a la Delegación de Defensa, el Club Marte, el solar contiguo a las murallas de Cortaduras y el Castillo de San Sebastián -. Y es que en 1998 ya se firmó una declaración de intenciones entre ambas administraciones para la cesión de todas estas propiedades, algunas de las cuales siguen hoy, trece años después, en manos de Defensa.
En 2008, 2009 y 2010 se insistió en varias ocasiones a Defensa sobre la cesión principalmente de las murallas de Cortadura y del Club Marte (antiguo Club de Suboficiales, en la entrada de la playa de La Caleta). A finales del pasado año sería cuando el Ministerio anunciara la cesión de Cortadura y del Club Marte. La cesión de ambos bienes se firmaron en febrero de este año; pero, eso sí, por un período de 25 años y con un coste en el caso del Club Marte de 800.000 euros.
Estas son las últimas adquisiciones que la ciudad ha hecho de antiguas propiedades militares. Pero en el haber de este proceso de separación entre Defensa y Cádiz todavía hay cuentas pendientes y otras que han aparecido recientemente. Así, en el aire está todavía el futuro del Castillo de San Sebastián; ya en 1998, en la declaración de intenciones que firmaron Defensa y Ayuntamiento aparecía esta fortificación; posteriormente, en 2001, se anunciaba la mutación demanial del castillo al Ministerio de Medio Ambiente, actual titular; y ahora se está a la espera de concretar el futuro del castillo una vez concluyan los actos del Bicentenario de la Constitución a finales del próximo año 2012.
También es bastante incierto en la actualidad el futuro de otros dos edificios destacados en el casco histórico gaditano. El primero de ellos es el Casino Militar de la calle Ancha, que tiene su mayor atractivo en la céntrica localización (posiblemente en la principal arteria de la ciudad). Las altas pretensiones económicas de Defensa, que pedía dos millones de euros por el edificio, hicieron inviable en su día la adquisición por parte del Ayuntamiento, a la que se sumaban otras entidades interesadas en adquirir el edificio (Ateneo o Asociación de la Prensa, entre otras). Tres años lleva cerrado ya este inmueble de la calle Ancha, del que Defensa no hará uso en el futuro; y esto quiere decir que necesita de un nuevo propietario para volver a abrir sus puertas.
Y si el Casino Militar dejó de usarse por Defensa y cerró sus puertas, otro inmueble destacado también parece tener las horas contadas como resquicio castrense en Cádiz. Se trata de la parroquia del Santo Ángel Custodio, sobre la que hace tan solo una semana Defensa comunicó que "carece de interés para el Ejército de Tierra" y anunciaba que ofrecía la cesión gratuita del uso a la Universidad, al Obispado o al Consejo de Hermandades. Hay que tener en cuenta que este templo fue el primero en ser declarado parroquia castrense, a petición del rey Carlos III y por bula del Papa Clemente XIII en 1764; y a su destacada historia vinculada a lo militar se une también el título de Real que le fue concedido hace ahora un mes. Qué ocurrirá con este templo situado en la plaza del Falla - último resquicio militar de la zona tras la pérdida del Hospital de la Armada o el Campo de las Balas - es algo que habrá que discernir en los próximos meses, seguramente una vez pasen las elecciones generales convocadas para noviembre y se conozca el nombre del nuevo titular del Ministerio de Defensa.
En caso de mantener su condición castrense, el edificio necesita una amplia rehabilitación dado su estado actual; y si finalmente se reafirma la desvinculación de Defensa sobre el edificio, habrá que esperar a saber quién se hace cargo de su titularidad y acomete las intervenciones oportunas que eviten un posible cierre permanente de sus puertas.
Y después de todo esto -y de otras muchas propiedades que Defensa ya fue perdiendo tiempo atrás, como Santa Bárbara o prácticamente todos los edificios de la avenida Doctor Gómez Ulla-, ¿qué propiedades mantiene Defensa actualmente en la ciudad? Principalmente, lo que aún hoy conserva el Ministerio en los términos municipales de Cádiz es el complejo militar de Torregorda y la residencia militar de Cortadura (ambas infraestructuras en las afueras de la ciudad, aunque dentro de los límites geográficos), así como la sede de la delegación de Defensa (en Doctor Gómez Ulla) y los bloques de viviendas situados frente al colegio de Santa Teresa - que también han sido objeto de incertidumbre y polémica estos años por los requerimientos realizados al Instituto de Vivienda de las Fuerzas Armadas, Invifas, para que rehabilitara las casas y el intento de éste de declararlas en ruina, algo que rechazaron los tribunales, procediéndose actualmente a realizar las obras pertinentes de rehabilitación de estas antiguas viviendas militares -. Tan solo unas pocas referencias castrenses que, quien sabe, podrían seguir desapareciendo en los próximos años dejando huérfana a una ciudad que en buena parte perteneció a Defensa.
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