Comercio

La Corsetería Rebeca cierra tras casi 75 años de vida

  • El negocio, situado en la calle San Francisco, es uno de los más antiguos del centro de la ciudad

La Corsetería Rebeca cerró hace unos días en la calle San Francisco.

La Corsetería Rebeca cerró hace unos días en la calle San Francisco. / Marcos Piñero

Al comercio tradicional le cuesta resistir, especialmente en las calles más céntricas, que son las vías en las que las grandes firmas ponen sus ojos. En un sector que ha cambiado muchísimo por la presión de las multinacionales y la implantación del comercio online, cada vez son menos las tiendas de toda la vida que están siendo capaces de aguantar esta transformación. La última en caer ha sido la Corsetería Rebeca, situada en la calle San Francisco, que hace unos días decidió arrojar la toalla. 

Este establecimiento abrió sus puertas en 1945, cuando el matrimonio formado por Juan Vendoiro y María Rovira llegó a Cádiz procedente de Barcelona, por lo que estaba a las puertas de cumplir tres cuartos de siglo de vida. En plena posguerra, esta pareja decidió montar una tienda dedicada a la ropa íntima femenina. Su nombre, Rebeca, es un homenaje al célebre largometraje de Alfred Hitchcock del mismo nombre que se estrenó en 1940. 

Tras el mostrador de este comercio han pasado tres generaciones de la familia Vendoiro Rovira. La última de las descendientes en regentar este negocio ha sido María Rosa Vendoiro, que se hizo cargo de él en 1997. Como comercio tradicional, una de sus señas de identidad ha sido siempre el trato directo y cercano con las compradoras, ya que una de las características de estas tiendas es que sus dependientes son más asesores que vendedores. Más si cabe cuando se acude a buscar una prenda tan específica como es la ropa interior. 

Este es uno de los motivos por los que se consigue fidelizar a un público que sigue acudiendo, aunque cada vez en menor número, a su tienda de toda la vida, convirtiéndose también en una costumbre que se mantiene dentro de las familias que están acostumbradas a acudir a estos establecimientos. Una de las curiosidades que guarda la historia de la Corsetería Rebeca es que tuvo la exclusividad en los años 50 de la marca de lencería Belcor. En el catálogo de la tienda, se incluían multitud de referencias de marcas conocidas. Ropa interior, bañadores, bikinis, medias o fajas formaban parte de una oferta dedicada en exclusiva a las mujeres. Sin embargo, los tiempos de esplendor para el pequeño comercio se marcharon por el peso que en la actualidad tienen las grandes firmas y las franquicias, por lo que la época de las exclusivas ya se acabaron. 

Este es uno de los motivos que explica la caída de ventas en un sector que, en muchos casos, aguanta con el día a día intentando resistir como sea. Desde hace unos días, en el escaparate de Corsetería Rebeca aparecen dos carteles con la leyenda "se alquila". Ahora, este local, que es propiedad de la familia que dio vida a este negocio, busca a nuevos comerciantes dispuestos a darle una nueva actividad, que presumiblemente irá ligada también al comercio. En el interior, las estanterías ya están casi vacías, lo que es una buena muestra de que los tiempos pasados fueron mejores para esta tienda. En el escaparate aún cuelgan algunos carteles y se mantienen algunos prendas junto al cartel de "cerrado". De esta forma, Rebeca se une a otros nombres con historia como Solves, Tosso, Moral o la Relojería Alemana que en su día decidieron echar la baraja tras una larga trayectoria a sus espaldas. Nombres que dan vida a una ciudad y que poco a poco van cayendo en el olvido. 

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