"La Constitución se ha quedado obsoleta". Tres voces autorizadas en la materia, Gregorio Peces-Barba, Meritxell Batet y Bonifacio de la Cuadra, coincidieron en que el texto de 1978 necesita una serie de modificaciones que le adapten a los nuevos tiempos. Contemplar en la Carta Magna el concepto de Europa, la federalización del Estado o la utilidad del Senado centraron el debate en la charla celebrada como parte del Congreso Iberoamericano de Periodismo que se celebra desde este jueves y hasta el próximo sábado en Cádiz.

Tras ser presentado por Manuel Ángel Menéndez, conductor del acto, tomó la palabra Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución de 1978. Peces-Barba comenzó asegurando que la Constitución "es moderna, pero tiene sus carencias", y por ello inicidió en algunos de los aspectos pendientes de modificación. Uno de los más importantes de un trabajo que "fue desvirtuado por las fuerzas políticas" es que "no hace ninguna referencia a Europa" y el concepto europeísta debe contemplarse aunque ya se aplique de facto.

Se detuvo Peces-Barba para analizar el punto dedicado a la Corona, "con una estructura formal muy parecida a la de la Constitución canovista de 1876", y "una dificultad objetiva" para ser reformada. También cuenta con un segundo problema añadido y es que en algunos sectores existe "una especie de nostalgia de la Segunda República" y parecen querer plantear ese tema. Sin embargo, para el ponente "la Corona se mantendrá mientras sea leal a la Constitución y la Democracia".

Otro de los puntos resaltados por el ex diputado fue el referente a las Autonomías. Para Peces-Barba "España nunca podrá ser un Estado plenamente federal, aunque lo sea a nivel funcional. Desde que existe el concepto de soberanía no ha existido ninguna región que haya sido soberana. Ha habido reinos o lugares que han tenido una autonomía importante pero España es desde los Reyes Católicos o antes un Estado soberano y además sería imposible que la UE aceptara ese planteamiento".

Por último, el político madrileño, al hilo de las críticas a la Ley Electoral surgidas tras las Elecciones, comentó que "se ha llegado a demonizar al sistema D'Hont pero es falso que haya perjudicado a determinados grupos. No tiene ningún sentido quererlo cambiar por otros como el británico, que es el más injusto que hay", finalizó.

Por su parte, la diputada y constitucionalista catalana Meritxell Batet chocó con Pérez-Barba exponiendo al federalismo como "un modelo que puede dar respuestas a esta realidad compleja. El federalismo nos garantiza que las reglas del juego se mantengan en el ámbito de lo democráctico", explicó. Sí coincidió en la necesidad de "europeizar la Constitución" para ayudar a concienciar a los ciudadanos de que Europa "es un órgano administrativo más que toma decisiones", apostando por un sistema federal que tanto a nivel nacional como europeo.

Por otro lado, planteó el Senado como un órgano de representación autonómica, con unos usos que vayan más allá de su limitado margen de actuación actual. Para la diputada es necesaria "una camara de representación de las comunidades autónomas y que estos entes puedan participar en las políticas del Estado y eso solo se puede hacer a través del Senado, un Senado muy distinto del que tenemos actualmente. La circunscripción de refencia para el Senado tendría que ser la Comunidad Autónoma", remarcó.

En definitiva, Batet apuesta por una reforma de la Carta Magna aunque no confía en que se vayan a acometer esos cambios a causa del enfrentamiento entre las fuerzas políticas. "Habría que alcanzar el mismo consenso que en el 78. Hay muchas ideas para abordar pero dificilmente podremos llevarlas a cabo", señaló.

Por último, el periodista Bonifacio de la Cuadra, de El País, incidió en la necesidad de cambios en una Constitución que "se ha quedado obsoleta" y recordó que en otros países no hay tanto "miedo" a la hora de afrontar modificaciones en la Carta Magna. De la Cuadra asume que "aquí el procedimiento es tremendamente complicado" y, aunque pide cambios, tampoco quisiera ver "una reforma de la Constitución liderada por el PP con mayoría absoluta porque significaría lo contrario a lo que dice el preámbulo de la Constitución, iría en contra de los principios democráticos. Y diría lo mismo que digo del PP si la mayoría absoluta fuera  de IU o de cualquier otro. Es momento de hacer retoques a la Constitución pero hoy en día reformas de gran calado no se pueden hacer", opinó. También se refirió a la supresión del Senado, solicitada por algunos, y que sería "un suculento recorte pero también un fracaso de los políticos" y a la necesidad de aclarar algunos puntos como la supresión por escrito del servicio militar o la pena de muerte y la transparencia del destino del dinero público dedicado a la Corona.