Cádiz

Comercio en Cádiz: la calle José del Toro no termina de arrancar

Uno de los comercios cerrados en la parte baja de José del Toro.

Uno de los comercios cerrados en la parte baja de José del Toro. / Jesús Marín

No puede ser más céntrica ni estar más pegada a la llamada Milla de Oro, la calle Columela, pero es una vía que no acaba de arrancar en cuanto al comercio. José del Toro no es una calle de paso, de ahí que su vida comercial no sea la que desearían quienes allí regentan sus establecimientos. Pero está llena de negocios, algunos históricos y asentados por ofrecer un género concreto y especializado. Y de locales cerrados: ocho. Demasiados para una calle tan bien ubicada.

Al inicio de la calle viniendo de Ancha, en el local pegado a la iglesia de San Pablo, donde estuvo Chocolates Pancracio y en algunas navidades los dulces de Aromas de Medina, se están realizando obras, aunque se desconoce por ahora qué firma se va a instalar.

“En las calles cercanas a Columela hay un mercado más barato, pero la calle no termina de ser lo que debería”, admite Begoña, la encargada de la tienda de complementos Chic Glam. Poco más abajo, frente a la administración de loterías El gato negro, están haciendo obras en un local que fue una peluquería. Los trabajos afectan a toda la finca -cuya casapuerta luce unos curiosos mosaicos con escenas de El Quijote- y el local tiene precio anunciado en internet: 91.800 euros por 45 metros cuadrados.

“Para los tiempos que corren, no nos podemos quejar”, dice Mari Ángeles Vergara, encargada de la tienda Carol Bohemian Style, que vende moda, complementos y artesanía. “También estamos online y por eso hay más movimiento en la tienda con la recogida de pedidos”, apunta. Justo al lado cerró la tienda de ropa La Grandeza después de estar abierta pocos meses.

"En internet se anuncia la venta de un local de 45 metros cuadrados por 91.800 euros"

Junto a El Gato Negro hay un local vacío al que le corresponde, según cartel anunciador, un 10 por ciento de la torre mirador La Bella Escondida. “Se vende local + loft. 190.000 euros. 75 metros cuadrados útiles”, reza en el cristal.

Pasada la intersección con Columela se encuentra otro local vacío: el que dejó la librería Baobab antes de trasladarse a la avenida Andalucía. María José Enríquez, propietaria de Bolita, tienda de ropa y accesorios para niños y bebés, asegura que “la cosa está muy tranquila y hay poco movimiento. Esta calle debería ser buena en ventas, pero no lo es”. En su caso, por su negocio, “el tiempo no ha acompañado y mucha gente buscaba cosas abrigadas para las celebraciones de ahora. Además, cada vez hay menos niños”.Enríquez saca el tema de Zara, ausente en la esquina con Columela desde 2020, que ahora se echa de menos. “Traía mucho movimiento de gente y se notaba. Porque quienes venían luego daban un paseo por el centro y entraban en otras tiendas. En el centro no hay nada en cuanto a grandes marcas que atraigan a los clientes”, lamenta.

El local donde estuvo Chocolates Pancracio está actualmente en obras. El local donde estuvo Chocolates Pancracio está actualmente en obras.

El local donde estuvo Chocolates Pancracio está actualmente en obras. / Jesús Marín

En la misma pared de Bolita languidece hace tres años el local que ocupara la tienda de ropa infantil Gocco. Enfrente también está clausurado el espacio donde estuvo la tienda de lanas Very Wool.

Al final de José del Toro mantiene su negocio Enrique Rodríguez. Instrumentos Enrique es uno de los comercios más antiguos de esta vía. Data de 1965, aunque la apertura de la Joyería Galicia, casi enfrente, se remonta a 1947. Rodríguez dice que “la inercia del peatón es llegar o salir del centro por Columela y Periodista Emilio López”. Su establecimiento se salva “porque es muy especializado” y el único que ofrece sus productos en el centro de la ciudad. También echa de menos a Zara “porque las franquicias tiran mucho”, aunque precisa que la especialización es una de las claves para subsistir “porque hay muchos clientes, sobre todo de fuera, que valoran encontrar lo que no hay en grandes superficies”. La misma especialización que la tienda de juguetes Toy Planet, la única de este tipo que queda en el centro.

Enrique Rodríguez reconoce que el turismo, nacional y el de cruceros, está sosteniendo su negocio. “Es el 60 por ciento de la clientela, porque el consumo local está más bajito”, apostilla. “Además, en Cádiz cada vez hay menos jóvenes, que son los clientes potenciales de mi tienda”, añade.

En José del Toro ondean gallardetes de los comercios asociados a Cádiz Centro Comercial Abierto. En ellos puede leerse ‘El latido de Cádiz’. En esta calle esperan un latido más fuerte, acorde con su magnífica situación en el casco histórico de la ciudad.

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