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MOVILIdad | entorno de los centros educativos

Cádiz: ¿Quién puede querer que atropellen a un niño a la salida del colegio?

Escolares, algunos acompañados por sus padres, cruzando la Avenida María Auxiliadora, a la salida de clase.

Escolares, algunos acompañados por sus padres, cruzando la Avenida María Auxiliadora, a la salida de clase. / Jesús Marín

Llevar a los niños al colegio, pero sobre todo recogerlos a la hora de comer -bien lo saben ustedes- supone quizá la más dura de las pruebas de la gymkana a la que cotidianamente se enfrentan padres, madres, abuelas y abuelos. El Homo automovilis, en retroceso en las ciudades y áreas metropolitanas más preocupadas por la calidad de vida que por la supuesta comodidad que brinda desplazarse continuamente en coche como centauros sobre cuatro ruedas, no acaba de entender que no se puede llegar siempre conduciendo hasta la misma puerta del punto de destino. Tampoco –o mejor dicho, mucho menos– hasta la mismísima salida de los patios de los colegios para la recogida de sus descendientes.

Sin embargo, la escena se repite a diario dos veces, jornada tras jornada lectiva, durante todo el curso escolar. Con clímax cuando llueve, aunque sean cuatro gotas: En torno a las dos de la tarde, las aulas escupen en tropel a miles de niños y niñas que en una media hora de gran tensión se va tragando una caravana interminable de coches encabezada por los de los progenitores que han conseguido la ‘hazaña’ de aparcar justo al pie del centro educativo. Muchos paran en medio de la calzada, generando un caos circulatorio monumental, también entre los peatones, provocando molestias sobre todo entre quienes más dificultades de movilidad padecen. Un caos ruidoso, molesto y, lo que es más importante, peligroso para los menores y sus acompañantes.

Con el fin de paliar, al menos en parte, este riesgo, el Ayuntamiento de Cádiz ha anunciado que restringirá el tráfico en el entorno de una decena de colegios. Se trata de facilitar la diaria evacuación de esos miles de escolares, calmando el entorno urbano de los centros educativos, garantizando la accesibilidad de todos y, especialmente, la seguridad de alumnos y progenitores. Pero como todo lo relacionado con el tráfico en Cádiz, la medida desata entre algunos vecinos las críticas contra la eliminación de más plazas de aparcamiento, las restricciones al tráfico rodado y las peatonalizaciones. Proponen semáforos, pasos de peatones y, por encima de todo, presencia policial en las horas punta, además de bolsas de estacionamiento y autobuses-lanzadera. A otros no les cabe la menor duda de que la seguridad de niños y niñas, padres, madres, abuelas y abuelos es lo primero, por lo que aceptan la medida con sus inconvenientes.

Caos circulatorio en la Avenida María Auxiliadora provocado por coches aparcados o a la espera, en doble fila. Caos circulatorio en la Avenida María Auxiliadora provocado por coches aparcados o a la espera, en doble fila.

Caos circulatorio en la Avenida María Auxiliadora provocado por coches aparcados o a la espera, en doble fila. / Jesús Marín

De entre esa decena de centros educativos hemos elegido los tres que a priori pueden ver más alterado su entorno circulatorio. Sin ánimo estadístico ninguno, lo que sigue es sólo un sondeo aleatorio entre vecinos de Salesianos, en la Avenida María Auxiliadora; Rebaño de María, en Trille, y Amor de Dios, en Avenida Marconi. En las tres vías el tráfico quedará reducido a un carril en un solo sentido de manera que se ensanchará considerablemente la zona peatonal contigua a los edificios docentes. En la primera de ellas se elimina, además, un aparcamiento en batería para entre 40 y 50 coches. Se hará con maceteros y bolardos, sin necesidad de obras, parece ser que con vocación de prueba-error de manera que se pueda rectificar.

Entorno de Salesianos

“Yo me alegro de esa medida”, responde en cuanto se le resume Francisco José Herrera, empleado del bar Mari y Jose y padre de una hija de cinco años y un hijo de tres. “Tengo a mi niña aquí enfrente, en Salesianos, y cada vez que la llevamos o la recogemos del colegio es una locura. El acerado pegado a la fachada es muy estrecho y entre las dos y las dos y cuarto o y media esto se llena y hay que ir en fila india. Es una locura”, relata. “Me parece bien que se gane el espacio del aparcamiento en batería y el del carril contiguo. Habrá quien no esté de acuerdo, pero creo que lo fundamental es la seguridad de los niños, de los padres, de los abuelos... Porque aquí se monta un caos todos los días. Son por lo menos dos mil alumnos... Y no solo al recogerlos, sino también a la hora de llevarlos, a eso de las nueve”, asegura Francisco. “Todos en fila india”, insiste. “Encima, los coches aparcan en batería con el maletero hacia atrás, de manera que tengo que ir con el carro del más pequeño, que tiene dos años, que lo recojo de la guardería, sorteándolos. Una movida...”, lamenta. “Eso, sí, cuando llueva, creo que se va a liar gorda con un sólo carril. Porque ya se lía con los dos. Se forman unas dobles filas tremendas. Eso va a ser otro caos. Y por eso creo que mucha gente va a estar en contra”, concluye Francisco.

“Si siguen peatonalizando Cádiz, a ver dó

Quienes se oponen prefieren semáforos y policías locales que regulen el tráfico en horas punta

nde metemos los coches, ¿en una cápsula, como Goku?”, responde indignada Desiré Peinado cuando se entera del plan municipal. “Está todo Cádiz igual. Entre zonas verdes, naranjas y azules , no sé qué es lo que pretenden. Con tanto peatonalizar, la gente no puede acceder a los comercios... Ya sé que es por la seguridad de los alumnos, pero de toda la vida de dios la Avenida María Auxiliadora ha sido así y no ha pasado nada. Lo que tiene que haber es civismo y que los padres enseñen a sus hijos a cruzar por los pasos de peatones. Que la gente va como loca, todo el mundo mirando el móvil”, argumenta.

“A mí no me parece mal”, opina su amiga Patri González. “Se contamina menos. Se usa más el transporte público y las bicicletas. Y si la medida es por seguridad de los niños y de los padres a la salida del colegio, deberían hacerlo en todos los centros. Pero también es verdad que, como dice ella, a los niños hay que enseñarles civismo y a los padres, también. A mi, todo lo que contamine menos me parece perfecto”, explica muy convencida Patri.

“Por seguridad de los niños, de los padres y de los abuelos, a mí me parece bien”, dice sin dudarlo Jessica Gallo. “Yo paso a veces con el coche por aquí entre las dos menos cuarto e y cuarto y la verdad es que se puede ver que los niños están cruzando la carretera, con el riesgo que eso supone. Debería haber menos tráfico en esos horarios”, añade.

Otra imagen del entorno de salesianos en hora punta. Otra imagen del entorno de salesianos en hora punta.

Otra imagen del entorno de salesianos en hora punta. / Jesús Marín

Antonio y Manuel no son de la misma opinión: “Están cortando muchas calles y no vamos poder aparcar ni llegar a ningún sitio en coche. Veo bien que lo hagan en el casco antiguo, pero no en una avenida de Puertatierra como esta. Si dejas un sólo carril en María Auxiliadora todos tendremos que coger por la Avenida y se montarán unos atascos tremendos. Cada vez quedan menos plazas de aparcamiento y apenas si hay garajes”, se queja Antonio.

Manuel dice que “si es por seguridad de los niños, se podría cortar la calle solo en horario de entrada y salida de los alumnos. No hace falta eliminar más plazas de aparcamiento. Creo que facilitar el aparcamiento es prioritario a peatonalizar más calles”. “No tiene sentido peatonalizar el pedacito de Marianista Cubillo que está junto al IES Drago. Ahí los niños no se ponen. Cuando salen, lo hacen para la playa. Ahora los coches no pueden girar ahí, sino más adelante”, añade Antonio. Manuel apunta que en el Paseo Marítimo “pasa lo mismo”. “Aquello da pena. Para ir a la playa tienes que ir en autobús o dejar el coche en un aparcamiento. Si pusieran bolsas de aparcamiento, como en San Fernando, que allí funcionan perfectamente...”, propone.

Padres a la espera de sus hijos a la salida del Rebaño de María, en la calle Trille. Padres a la espera de sus hijos a la salida del Rebaño de María, en la calle Trille.

Padres a la espera de sus hijos a la salida del Rebaño de María, en la calle Trille. / Jesús Marín

Yo vivo desde hace treinta años por aquí y nunca encuentro aparcamiento. Imagínese ahora con menos plazas... Verá la que se lía si caen dos gotas de agua. Porque las mamás y los papás quieren llevarlos o recogerlos con el coche en la misma puerta”, apunta Ana. “Vengo a recoger todos los días a mi hijas y no he visto un policía local en la vida”, añade Óscar. “Claro, como Salesianos es concertado y no es público, y el Ayuntamiento está en contra de los concertados...”, opina. “Hace unos pocos años sí que venía algún policía municipal a la salida de los niños del colegio”, recuerda Ana.

“Todo lo que sea por el bien de la comunidad y en beneficio de los niños me parece perfecto”

A mí me parece una aberración lo que están haciendo en Cádiz, una barbaridad, por como es la ciudad, tan pequeña, donde hay tan pocas plazas, si seguimos quitándolas”, dice una mujer que no quiere que se cite su nombre. “Que sea por seguridad de los alumnos me parece una buena causa, pero la realidad es otra”, explica Pedro. “Yo trabajo en el transporte público y es complicado traer al niño si no es en coche, que vamos siempre con el tiempo justo. Es muy complicado. Y si quieren que vayamos todos en bicicleta, me parece bien, pero a mí en mi casa no me caben cuatro bicicletas... en Cádiz es inviable. Y por aquí el autobús no pasa”, argumenta.

Debían planteárselo en la extensión de Reyes Católicos, donde hay niños de cuatro o cinco añitos, que tienen que cruzar la carretera para ir al comedor, no aquí... Esto tendrá que ser en todos los colegios ¿no?”, propone la mujer que se pronunció antes. “Los días de lluvia, te lo digo por experiencia, porque lo vivo, son una locura... En Cádiz caen cuatro gotas y parece que compran coche solo para ese día”, exagera con humor Pedro. “Te pones a pensarlo y es que estamos hablando de cambiar una forma de vida que aquí en Cádiz es complicado... Si te lo hacen sin preguntarte, no te queda otra, lo asumes. Pero no va a ser cómo cómodo para nadie.”, concluye. “Si hubiese un estudio que dijese: ha habido tantos accidentes, que han afectado a tantos...”, apunta otra contertulia. “Está claro que la causa es buena, pero vamos a sufrir las consecuencias”, insiste Pedro.

“Si hubiese un estudio sobre accidentes... pero aquí no ha pasado nada en 50 años”

Lo único que hace falta ya en Cádiz es que pongan más calles peatonales, que quiten todos los aparcamientos y que nos indemnicen y se quede el Ayuntamiento con los coches, porque si no va a haber calles para pasar, no va a haber sitio para aparcar, ¿de qué nos sirven los coches?”, plantea con sarcasmo Emilia. “Lo que tienen que hacer es poner una buena bolsa de aparcamientos en las afueras: en Cortadura, en Zona Franca, en sitios así, y unas buenas lanzaderas saliendo constantemente, no una como pasa por la Barriada, cada veinte minutos o tres cuartos de hora, sino unas buenas lanzaderas que nos lleven hasta el centro de Cádiz. Eso sería fabuloso. Pero poner más calles peatonales y quitar más aparcamientos, usted me dice a mi qué hacemos... ¿Usted cree que Cádiz puede aguantar que aquí, que en otras calles, se deje solo un carril y sin aparcamiento? ¿dónde metemos los coches?”, vuelve a preguntarse Emilia. “Me parece perfecto que se haga por seguridad de los niños y de los padres. Pero, insisto: ¿qué hacen con sus coches los vecinos de esta zona? Que primero busquen una solución a los aparcamientos y cuando la hayan encontrado, que se planteen si es lógico lo que están proponiendo, opino yo”.

“Yo veo bien toda medida que suponga seguridad y que se contamine menos”

Yo veo más factible que pongan un semáforo o un par de policías como pasa en el Rebaño de María y en otros colegios”, propone Amalia. “Sé que aquí van tres pasos de peatones, pero los conductores no los respetan”, lamenta. “¿Por qué no ponen al menos a un guardia que dirija el tráfico en hora punta?”, se pregunta Emilia. “Creo, me parece, que hay guardias en Cádiz. Que las nóminas sí que las cobran, pero no ves uno por ningún sitio. Está la Barriada que da pena y no se ve un triste guardia. Hagan las gamberradas más grandes que hagan. Y me consta que haberlos, los hay”. “¿Me lo vas a decir a mi, que vinieron el otro día cuatro guardias a las siete de la mañana a llamar a mi telefonillo, que me dieron un susto –mi hijo acababa de irse a trabajar– porque una vecina se había quedado encerrada en el portal? Y a lo mejor hay una pelea y no aparece ni uno”, relata una compañera.

“Que dejen de quitar aparcamientos, que pongan lanzaderas y guardias en horas punta”

“Que piense el señor José María, Kichi, o como demonios se llame, en hacer otras cosas y que no se meta tanto en cambiar las calles, que son un laberinto para los vecinos, ni en quitar aparcamientos. Que ponga semáforos, que mande un guardia a las horas punta a los colegios y que se olvide de lo demás, que tiene muchas cosas más importantes en las que pensar en Cádiz”, asevera Emilia.

Salida de escolar del colegio Rebaño de María, en la calle Trille. Salida de escolar del colegio Rebaño de María, en la calle Trille.

Salida de escolar del colegio Rebaño de María, en la calle Trille. / Jesús Marín

Rebaño de María

“A mí lo de María Auxiliadora no me afecta, ni tampoco lo de Trille, pero ¿dónde van a meter todos los coches de esa zona de aparcamiento? Ese es el problema”, plantea Juan José Muñoz, propietario del Bar Nuevo Camarote, situado en la esquina de ambas calles. “Es como lo que han hecho en la Plaza de España ¿qué pasa con los coches? Aquí están los Juzgados, las oficinas de Aguas de Cádiz, de Eléctrica de Cádiz, el Hospital... Hay mucha gente que viene a arreglar papeles o a visitar a un familiar ¿Qué hace la gente que viene de fuera?”, se pregunta Juan José. “Sé que es por seguridad de los alumnos, pero esto lleva así 50 años y nunca ha pasado nada... Me parece bien que se haga por ese motivo, pero tendrán que buscarle una alternativa a los coches. Hacen falta bolsas de aparcamiento, lanzaderas, mejorar las líneas de autobuses... Es cierto que en este tramo de Trille no hay ya coches desde que se puso el carril bici. Pero en María Auxiliadora se pierden entre 40 y 50 plazas de aparcamiento”, calcula.

Vecino de la calle Escalzo, Vicente Quiñón, también da su opinión: “Para los conductores será nefasto y para los peatones será beneficioso. La verdad es que los colegios agobian mucho en esta zona, sobre todo los días de lluvia, que todos los padres quieren llegar en coche hasta la puerta del colegio. Yo siempre fui al colegio mojándome cuando llovía. Hoy en día los padres no lo asumen. Como vecino de la zona, prefiero que se peatonalice el entorno de Salesianos. Lo veo muy positivo”, concluye.

Paco Carrasco, vecino de Avenida de Portugal, esquina con García Carrera, es del mismo parecer: “Todo lo que sea bien para la comunidad me parece perfecto, sobre todo si es beneficioso para los niños. En la zona de Salesianos y del Rebaño de María hay mucho tránsito, de manera que me parece interesante este plan municipal. Y lo de peatonalizar la Avenida de Portugal, un puntazo, porque aquello es un peligro: pasan demasiados coches”.

Acera de la Avenida Marconi, atestada a la hora de salida de los alumnos. Acera de la Avenida Marconi, atestada a la hora de salida de los alumnos.

Acera de la Avenida Marconi, atestada a la hora de salida de los alumnos. / Jesús Marín

Amor de Dios

Antonia Díaz y Silvia Cabana comparten la anterior opinión: “Todo lo que se haga a favor de los niños me parece muy bien. Y debía hacerse en todos los colegios, porque lo de los patinetes en la acera del Amor de Dios es tremendo. Aquello es un crimen: pasan embalados. Por lo menos que se bajen y pasen andando. Encima te tienes que pelear también con los de las bicicletas. Cualquier día uno se lleva por delante a un niño”, dice Silvia. “Las madres de la AMPA estamos hartas de ir al Ayuntamiento a pedir que nos pongan una valla. Nos la han puesto en una puerta, pero que la pongan también en la otra. Y por ahí salen niños de quinto de Primaria, todavía chicos. En el entorno de los colegios los niños tienen que tener seguridad y prioridad”.

Mario Galvín, vecino de la zona, no lo ve así. “Los alumnos del Amor de Dios tienen tres salidas, una de ellas a la avenida grande [Sanidad Pública]. Cortar al tráfico del todo en esta calle sería un caos, con la cantidad de coches que pasan. Si sólo eliminan un carril, el caos será menor. Pero como se les meta en la cabeza, lo harán”.

A mí como conductor, me parece una auténtica barbaridad”, contesta con prisa un hombre que ha parado un momento a cargar unos enseres en un coche.

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