Análisis

Cádiz existe, aunque nos sigan ignorando

Fuegos artificiales para celebrar la Constitución de 1812.

Fuegos artificiales para celebrar la Constitución de 1812. / Lourdes de Vicente

El Ayuntamiento de Cádiz ha firmado la cesión, gratuita, a la Junta de Andalucía de una parte sustancial de los Depósitos de Tabaco para su conversión en la Ciudad de la Justicia.

El acto, celebrado hoy en el Ayuntamiento con la presencia del alcalde, José María González y el vicepresidente de la Junta, y consejero de Justicia, Juan Marín, tiene lugar cuando aún está fresca la tinta del acuerdo cerrado por el Consejo de Gobierno autonómico para soltar 70 millones de euros para la compra de un complejo de edificios donde se ubicará la Ciudad de la Justicia... de Sevilla.

Entre ambos actos administrativos hay una sutil diferencia: en uno Cádiz cede su suelo para un edificio administrativo de la Junta, en otro es ésta la que pone el dinero para comprar suelo en Sevilla para el mismo fin. Resultado: la Junta saca a coste cero en nuestra ciudad lo que en Sevilla le supone invertir un buen dinero... casi tanto como rehabilitar dos veces Valcárcel para su conversión en la Facultad de Ciencias de la Educación.

La Junta se ha llevado este suelo tan estratégico y no ha ofrecido nada a cambio. Podría, por ejemplo, haber anunciado la construcción del complejo educativo público que en su día anunciaron para el suelo vacío de San Severiano (primera elección para el palacio judicial), o podría haber dado este terreno al Ayuntamiento. O intercambiar las naves de Tabacalera por el Balneario de La Palma, por poner dos ejemplos.

Pero no. Todo en Cádiz debe ser gratis. Ya con el gobierno de Teófila Martínez se le dio terreno (que costó a la ciudad) para la nueva sede del Carola Ribed y el IES Cornelio Balbo, entre otros, que encima pagó en primer término la ciudad. Con Zona Franca ha puesto mil trabas para quedarse con el terreno para el Hospital Regional... porque lo quería gratis. Y así unas cuantas historias más de despropósitos con esta ciudad.

Seamos justos y no nos quedemos solo con la administración regional, la actual y la del largo mandato socialista. El Estado tiene un enorme debe con Cádiz. Si nos ponemos estrictos podemos hasta retroceder más de un siglo, cuando para recuperar las fortificaciones del frente de Puerta de Tierra tuvimos que pagar y construir parte de los viejos cuarteles de la Avenida... y eso que los muros se levantaron con dinero de los gaditanos. Y qué contar de los numerosos convenios firmados ya en democracia para recuperar cuarteles, baluartes y castillos, todos pagados a precio de oro. Y mientras, en Madrid se tiran la pelota unos a otros para no arreglar las murallas ni tampoco el castillo de San Sebastián.

Nos han ignorado con celebraciones de calado nacional, e internacional, como fue la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, o con la llegada de las grandes regatas de veleros y buques escuelas. Nos han puesto mil problemas para construir el segundo puente sobre la Bahía. Eso sin olvidar que el puente Carranza lo pagó la ciudad, lo que llevó a la quiebra al Ayuntamiento franquista.

El listado de desplantes con esta ciudad es largo. Interminable, por parte de las administraciones públicas.

Se puede aducir que algo, o mucho, de culpa tenemos los gaditanos al no saber exigir lo nuestro, la igualdad de trato respecto a los demás. Tal vez nos miren y nos vean cara de buena gente, ideal para aprovecharse de ellla. O, peor, cara de tontos.

Encima, regalamos suelo de gran valor. Sin negar la importancia que tiene ubicar la Ciudad de la Justicia en una zona de la ciudad históricamente deprimida, hay que pensar que la utilización de los inmensos Depósitos de Tabaco para usos ciudadanos, de promoción cultural y económica, sin duda nos habría dado más réditos. Sólo cabe esperar que la Junta no se despiste ahora y, pensando que con la sede judicial ya hay bastante, vuelva a guardar en el cajón el proyecto del Hospital Regional.

Cádiz existe. No solo somos vieja historia trimilenaria. Fuimos la ciudad más poderosa durante el Imperio Romano y durante el comercio con América. La única ciudad que da nombre a una Constitución. Aquí nacieron las grandes revoluciones liberales y democráticas del siglo XIX. Todo en este espacio tan pequeño que tenemos.

Cádiz existe, aunque nos ignoren. Ya va siendo hora de dar un golpe en la mesa.

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