Todo el mundo habla de crisis. Crisis sanitaria, crisis en Educación, crisis política, crisis económica, crisis, crisis, crisis... Pero al puerto de Cádiz parece que 2020 le quedará grabado con fuego y no precisamente por los malos resultados que podrían haber venido de la mano de la total suspensión del atraque de cruceros.

En las últimos datos publicados por Puertos del Estado, el puerto gaditano seguía resultando rentable. Puede que lo que queda de año no salga tan en positivo, pero no porque le vaya a ir mal –todo lo contrario–, sino porque el último cuatrimestre de 2019 resultó especialmente amable en lo que a resultados económicos se refiere.

Fue en el mes de septiembre del año pasado cuando la naviera Containerships anunciaba su retorno a Cádiz. Pudo ser ahí cuando el puerto gaditano marcó su antes y su después. Fue el fruto del trabajo comercial por parte de los responsables de Concasa y de la capacidad mostrada por parte de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) para buscarse las maneras para que cliente que entrara por sus puertas con una propuesta económica, cliente que se tenía que quedar en Cádiz sí o sí.

Pero, ojo, sin olvidar, y Teófila Martínez, presidenta de la APBC, lo tiene claro tal y como lo demuestra en su última valoración sobre el anuncio oficial del proyecto de Boluda la dócil postura de los servicios portuarios. En esa ocasión, Teófila no quiso dejar pasar su agradecimiento a los servicios portuarios, acordándose de estibadores, amarradores, remolcadores, prácticos, etcétera. Todos ellos han ido adaptando sus tasas, unos con más voluntad que otros, a las necesidades del puerto de Cádiz. En su momento, los propios estibadores llegaron a pensar que estaban en un eterno Black Friday portuario por el bajonazo que le dieron a sus precios con tal de que cliente que llegara al puerto, cliente que se quedara.

Las nuevas líneas entre Cádiz y Canarias se pondrán en marcha a finales de noviembre

Pues esta vez, más de lo mismo. Ahora no han sido cinco aciertos, ni siquiera cinco aciertos mas el complementario. Ahora ha sido un pleno, un seis aciertos en la Primitiva. El anuncio del proyecto de Boluda de establecer en Cádiz una ruta diaria (todos los días menos el jueves) con Canarias ha causado un profundo estruendo y ha revolucionado los esquemas del puerto de Cádiz.

Nunca en la larga historia del puerto, Cádiz había tenido una ruta diaria con las Islas Afortunadas. Y nunca había tenido una ruta diaria (todos los días menos el jueves también) con el puerto de Sevilla. Huelva se ha quedado mirando con envidia –sana se supone o al menos es el espiritu de no agresión que intenta implantar la renovada Ley de Puertos– a pesar de que Maersk le está inyectando ilusiones, rutas y nuevos itinerarios que van a abrirla a medio mundo.

Sevilla,por su parte, está que se sale con ese feeder o portacontenedores pequeño, también de Boluda, compatible con los calados que impone el río, que va a suponer una línea marítima diaria entre la ciudad hispalense y Cádiz. Sevilla se apunta esos tráficos y Cádiz se conecta con el mundo gracias a esa ruta fluvial.

Los resultados de septiembre podrían no ser igual de buenos que los de agosto

Pero es más. Boluda cuenta con conexiones marítimas con África más que consolidadas que puede hacer que Cádiz pueda reconquistar, de alguna manera, Marruecos, uno de los sueños que el puerto gaditano persigue desde hace tiempo. El problema, que a ninguna naviera le salen las cuentas.

Boluda llega a Cádiz con el martillo de Thor. Llega anunciando seis nuevos barcos (cinco más el feeder con Sevilla) y aterriza en el muelle de Cádiz de la mano, ni más ni menos, que de Mercadona. No se sabe quién manda más en la alianza entre Juan Roig y el ex presidente del Real Madrid, Vicente Boluda. Una de dos, o Boluda le llegó a Roig con un proyecto al que Mercadona dijo sí o Mercadona dijo yo quiero salir desde Cádiz porque con Huelva tengo problemas, y Boluda le creó una línea a la medida de Roig.

Un contenedor de Boluda Lines atraviesa el puerto de Cádiz ante la mirada de un policía portuario.

La infrahistoria es lo de menos. Se sabe que el hijo de Vicente Boluda, hace algo menos de un mes, visitaba a Teófila Martínez, que lo recibía casi recién salida de una rotura de cadera. Pero no se le podía escapar, como así ha sido, y la ex alcaldesa convenció.

Nadie quiere hablar más de la cuenta para no meter la pata como si el puerto fuera a despertar de este sueño que hará cambiar su ritmo y su historia.

La fecha está aún por definir, o, al menos, por trascender, al igual que otros muchos datos que Boluda conserva en el cajón de sus confidencialidades. Todo apunta a finales de noviembre. Ahora toca esperar, no defraudar para que el de Cádiz demuestre ser un puerto de Primera.