Preguntas y respuestas sobre los fallos en el cribado del cáncer de mama en Andalucía

Más de 2.000 mujeres podrían haberse visto afectadas por fallos en el programa de detección precoz del cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud

Así queda el protocolo del cribado de cáncer de mama en Andalucía tras los cambios para evitar errores de diagnóstico

Realización de una mamografía. / Quique García (Efe)
Redacción

06 de octubre 2025 - 17:10

Andalucía atraviesa una de las crisis sanitarias más graves de los últimos años tras descubrirse fallos en el programa de cribado del cáncer de mama que habrían afectado, según la propia Junta, a unas 2.000 mujeres.

El error, atribuido a un fallo en el protocolo del Servicio Andaluz de Salud (SAS), provocó que numerosas pacientes con mamografías clasificadas como “lesiones posiblemente benignas” no fueran citadas para seguimiento ni informadas de sus resultados, lo que podría haber retrasado diagnósticos oncológicos.

La situación ha generado alarma social, pérdida de confianza en el sistema público y exigencias de responsabilidades políticas, mientras la administración anuncia una revisión completa del programa y una ampliación del cribado a mujeres de entre 45 y 75 años para reforzar la detección precoz.

Estas son las principales incógnitas derivadas de los fallos en el cribado del cáncer de mama en Andalucía:

¿Qué es el programa de cribado de cáncer de mama?

El cribado de cáncer de mama es un programa de salud pública cuyo objetivo es detectar precozmente lesiones mamarias potencialmente malignas (cáncer de mama) en mujeres que no presentan síntomas. Se realizan mamografías periódicas dentro de un rango de edad determinado para identificar lesiones en estadios iniciales, cuando el tratamiento es más eficaz y las posibilidades de supervivencia son mayores.

El programa de cribado reduce mortalidad y permite tratamientos menos agresivos al detectar los tumores antes de que sean evidentes clínicamente.

¿Cuál era el rango de edad que cubría el cribado en Andalucía antes de la crisis?

Hasta ahora el programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía se aplicaba a mujeres entre 48 y 71 años. Existe un compromiso desde 2023 en la Junta de Andalucía de ir aumentando el rango de edad a mujeres de entre 45 y 75 años hasta alcanzar esos grupos en 2027.

¿Qué problemas concretos se han detectado recientemente en este programa?

Los principales fallos denunciados hasta el momento son los siguientes:

¿Por qué es grave esta situación?

Los errores en las pruebas de detección pueden provocar diagnósticos tardíos de cáncer de mama y erosionar la confianza en los programas de cribado

Los fallos en el seguimiento de las mamografías dentro del sistema público constituyen una situación de extrema gravedad que afecta directamente a la salud de miles de mujeres. La problemática radica en diversos factores interconectados que van desde el riesgo sanitario inmediato hasta las consecuencias institucionales y organizativas que se derivan de estos errores en los programas de cribado mamográfico.

El principal motivo de preocupación reside en el impacto directo sobre la salud de las mujeres afectadas por estos fallos. Cuando un hallazgo sospechoso detectado en una mamografía no recibe la comunicación adecuada o carece del seguimiento necesario, el resultado puede derivar en un diagnóstico tardío de cáncer de mama. Esta demora en la detección empeora significativamente el pronóstico de la enfermedad, reduciendo las opciones terapéuticas disponibles y comprometiendo las tasas de supervivencia de las pacientes.

La dimensión social del problema alcanza también a la confianza ciudadana en las instituciones sanitarias públicas. Numerosas mujeres pueden perder la fe en los programas públicos de prevención y optar por realizar las pruebas en el ámbito privado, lo que genera desigualdades en el acceso a la atención sanitaria.

Responsabilidad institucional y legal

La administración sanitaria se enfrenta además a posibles reclamaciones legales derivadas de los daños y perjuicios ocasionados a las pacientes. Esta responsabilidad institucional no solo comporta implicaciones económicas, sino que cuestiona la capacidad del sistema público para garantizar estándares mínimos de calidad en los servicios de detección precoz del cáncer.

Impacto en la prevención y recursos sanitarios

Los errores en las mamografías generan un efecto colateral que debilita los mensajes de prevención y puede desalentar la participación de la población en los programas de cribado. Desde el punto de vista organizativo, la corrección de estos fallos exige movilizar recursos adicionales en forma de personal especializado, gestión administrativa y auditorías de calidad, todo ello en un contexto de limitaciones presupuestarias que ya afectan al conjunto del sistema sanitario público.

¿Cuántas mujeres han sido afectadas según las últimas cifras?

La Junta de Andalucía ha reconocido que aproximadamente 2.000 mujeres habrían sufrido retrasos o fallos en el seguimiento y la comunicación de resultados dudosos.

No obstante, organizaciones externas (asociaciones de pacientes, partidos políticos) han advertido que la cifra real podría ser mayor, pues muchas mujeres no han sabido si sus casos fueron omitidos.

¿Qué explicación ha dado la Junta de Andalucía sobre las causas del fallo?

La Junta de Andalucía ha ofrecido explicaciones oficiales sobre las causas que han provocado los fallos en el seguimiento de las mamografías en el sistema sanitario público autonómico. Las autoridades sanitarias han identificado dos factores principales que han contribuido a esta grave situación que afecta a la detección precoz del cáncer de mama en la comunidad autónoma.

La primera causa señalada por la administración autonómica se refiere a los fallos de comunicación institucional. Según las explicaciones proporcionadas, existen circuitos internos deficientes que han impedido alertar adecuadamente a las mujeres con resultados dudosos en sus pruebas de cribado mamográfico. Esta deficiencia en los canales de comunicación ha obstaculizado el seguimiento oportuno de hallazgos que requerían evaluación adicional.

El segundo factor identificado por la Junta de Andalucía apunta a limitaciones o deficiencias en el circuito del programa de detección precoz. La institución ha admitido que ciertos hallazgos detectados en las mamografías no eran considerados de notificación obligatoria dentro de los protocolos establecidos.

¿Qué medidas ha anunciado la Junta para corregir esta crisis?

La Junta de Andalucía ha anunciado una batería de medidas correctivas para abordar la crisis generada por los fallos en el seguimiento de las mamografías en el sistema sanitario público autonómico. Las actuaciones incluyen tanto un plan de choque para reformar los protocolos como una ampliación sin precedentes del programa de cribado mamográfico en la comunidad autónoma.

Entre las medidas inmediatas destaca la revisión exhaustiva de las mamografías realizadas durante los últimos tres años, con el objetivo de identificar los casos pendientes de seguimiento y establecer contacto con todas las mujeres afectadas por las deficiencias del sistema. La administración autonómica ha puesto en marcha un circuito preferente específicamente diseñado para acelerar el contacto con las mujeres que no recibieron el seguimiento adecuado tras la detección de hallazgos sospechosos en sus pruebas de cribado.

Para facilitar la comunicación con las afectadas, la Junta de Andalucía tiene habilitado un buzón de contacto donde las mujeres con dudas sobre su situación pueden dirigirse directamente a la administración sanitaria. Las autoridades se han comprometido a proporcionar respuestas individualizadas a cada afectada, garantizando el seguimiento personalizado y la derivación al centro sanitario correspondiente para completar las evaluaciones necesarias.

¿Qué críticas han hecho las asociaciones de pacientes y los sindicatos?

Las asociaciones de pacientes y los sindicatos han expresado críticas contundentes contra la gestión de la crisis de las mamografías en Andalucía. Los colectivos cuestionan la actuación de la administración autonómica en múltiples frentes, desde la lentitud en reconocer el problema hasta las consecuencias no deseadas de las medidas anunciadas para corregir los fallos del sistema sanitario público.

Una de las principales críticas se centra en la tardanza de la administración para reconocer públicamente la magnitud del problema y comunicarlo a la ciudadanía. Los colectivos de pacientes denuncian que las autoridades sanitarias han sido lentas tanto en admitir las deficiencias del sistema de seguimiento de las mamografías como en establecer canales de comunicación efectivos con las mujeres potencialmente afectadas por estos fallos en la detección precoz del cáncer de mama.

Las asociaciones de pacientes y organizaciones sindicales alertan además de que aumentar la carga del programa de cribado mediante la ampliación del rango de edad, sin reforzar simultáneamente los recursos humanos y técnicos necesarios, puede agravar los cuellos de botella existentes en el sistema. La incertidumbre generada por esta situación ha empujado a numerosas mujeres a recurrir al sector privado para realizarse pruebas adicionales, lo que incrementa las desigualdades en el acceso a la atención sanitaria. ¿Cómo puede garantizarse la sostenibilidad del programa ampliado si no se abordan las carencias estructurales que originaron la crisis?

Exigencia de responsabilidades políticas

Los colectivos de afectados y los sindicatos sanitarios mantienen la exigencia de responsabilidades políticas por la gestión deficiente de esta crisis sanitaria. Entre las demandas figuran dimisiones de responsables políticos y técnicos, la realización de auditorías exhaustivas que esclarezcan cómo se produjeron los fallos y la constitución de comisiones de investigación que determinen las responsabilidades individuales en todos los niveles de la administración autonómica.

Críticas al enfoque comunicativo institucional

Otra línea de crítica se dirige al enfoque comunicativo adoptado por las autoridades sanitarias al abordar públicamente esta crisis. Las asociaciones de pacientes consideran que la forma en que se ha comunicado el problema ha sido percibida como insensible o incluso despectiva hacia las mujeres afectadas. Esta gestión comunicativa inadecuada habría contribuido a erosionar aún más la confianza de la ciudadanía en el sistema público de prevención del cáncer de mama, añadiendo un daño reputacional al perjuicio sanitario ya ocasionado.

¿Cuáles son los riesgos de ampliar el rango de edad del cribado sin haber resuelto las deficiencias actuales?

Los riesgos derivados de ampliar el rango de edad del programa de cribado mamográfico sin haber corregido previamente las deficiencias actuales del sistema abarcan múltiples dimensiones del problema sanitario. La incorporación de cientos de miles de mujeres adicionales a un programa que presenta fallos estructurales puede amplificar las consecuencias negativas que ya han afectado a las pacientes en el sistema actual de detección precoz.

El principal peligro reside en sobrecargar el sistema sanitario existente. La incorporación de más mujeres al programa de cribado sin un aumento proporcional de personal especializado, equipos de diagnóstico por imagen y capacidad de gestión administrativa puede alargar aún más los tiempos de respuesta que ya resultan insuficientes. Esta sobrecarga estructural comprometería la capacidad del sistema para ofrecer un seguimiento adecuado de los hallazgos sospechosos detectados en las mamografías.

Otro riesgo significativo consiste en repetir los errores a mayor escala. Si los procesos de comunicación con las pacientes o los sistemas de registro de resultados no se corrigen antes de la ampliación, el mismo tipo de fallos que han provocado la crisis actual puede afectar a un número considerablemente superior de mujeres. La extensión del programa también puede generar falsas expectativas o alarma entre la población si el sistema no consigue garantizar una atención rápida y eficaz.

¿Qué preguntas abiertas quedan por resolver?

La crisis generada por los fallos en el seguimiento de las mamografías en Andalucía presenta numerosas preguntas abiertas que aún no tienen respuesta clara por parte de las autoridades sanitarias.

Una de las interrogantes fundamentales se refiere al impacto clínico real de los retrasos en el seguimiento de las pacientes. Resulta imprescindible conocer cuántas de las mujeres afectadas por estos fallos terminaron desarrollando un cáncer más avanzado que habría podido detectarse en estadios más tempranos si hubieran recibido el seguimiento adecuado. Igualmente relevante es determinar el número real de mujeres impactadas por esta situación, que podría superar significativamente las 2.000 reconocidas oficialmente hasta el momento por la administración autonómica.

Otro conjunto de interrogantes se centra en la rendición de cuentas institucional. Persiste la incertidumbre sobre si se impondrán sanciones o responsabilidades políticas concretas a los responsables de los fallos detectados en el sistema.

Tampoco se ha precisado en qué plazo temporal se completará la revisión de las mamografías realizadas durante los últimos años, ni cuántos casos pendientes de evaluación existen en la actualidad dentro del programa de cribado.

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