Con la venia
Fernando Santiago
Zambombá
PELP! o Plataforma 'Salvar El Palmar', nació hace tan sólo 4 meses, en las redes sociales de Internet, prácticamente al día siguiente de que el alcalde de Vejer de la Frontera anunciara que el Grupo Tarje reflotaba el antiguo proyecto de Riera Marsá para construir un macrocomplejo hotelero en El Palmar. En realidad, tuvo un comienzo muy simple: una internauta gaditana que se entera de la noticia y decide usar Facebook para transmitírsela a sus amigos. No podía creerse que la playa de toda su vida, esa playa virgen admirada por tantos, iba a sucumbir al afán constructor que ha diezmado la mayoría de nuestras costas.
Seis días después, ya éramos más de 15.000 personas las que nos oponíamos al resort hotelero en El Palmar. Lo más significativo fue que, entre esos miles de personas, éramos numerosos los que no sólo dábamos un apoyo testimonial y virtual. Muchos queríamos además aportar, participar activamente para salvar El Palmar de un tipo de negocio urbanístico que cambiaría y deterioraría esta inigualable playa para siempre.
Fue así como nos vinculamos varias personas -que ni nos conocíamos- y se fue creando el núcleo de voluntarios más activos de PELP! Un grupo de ciudadanos, en el que cada uno aportaba sus conocimientos personales y profesionales -o su buena voluntad- en pos de una causa común: lograr frenar el macroproyecto en El Palmar y reivindicar otro modelo de desarrollo diferente, basado en el tipo de turismo y en la personalidad propia que ya tiene la zona. Porque esa es la cuestión principal.
No somos románticos negacionistas, ni personas que estén contra el progreso. Muy al contrario. Creemos en el progreso muchísimo más de lo que nuestros políticos pregonan en sus discursos. Pero en un progreso real y significativo, no de boquilla. Un progreso basado en las ideas nuevas que recorren el mundo y que hablan de nuevos escenarios turísticos, radicalmente distintos al que representan los macrocomplejos y resorts hoteleros.
Por ese motivo, PELP! ha defendido desde el primer momento un nuevo modelo de turismo, similar al ya se aplica con éxito en los países más avanzados. Un modelo que preserve la riqueza natural y cultural de la zona; que estimule y desarrolle una economía local basada en el turismo rural, en los negocios familiares y pequeños establecimiento hosteleros, en la agricultura ecológica, en los deportes propios de la zona, en las actividades de turismo activo... En definitiva, un modelo que convierta a los vecinos en protagonistas del desarrollo de El Palmar, repartiendo la riqueza y el trabajo entre todos ellos.
La posición del alcalde y de otros políticos locales es "más de lo mismo". Siguen recurriendo al manido ¡y fracasado! recurso de los grandes complejos de apartahoteles como fórmula para crear empleo en la zona. ¿Por qué no se dejan de gaitas, y si de verdad les preocupa a estos políticos locales el bienestar de los palmareños no les ayudan directamente a ellos? Y más, cuando el único "argumento" que tienen es decir que PELP! está formada por turistas y gente de fuera, que no tienen en consideración las necesidades de los vecinos de El Palmar. ¡En fin! No deja de ser curioso que sea PELP! quien esté defendiendo, en esencia, que El Palmar debe ser para los palmareños. ¡Qué egoísmo tan extraño el de estos turistas! ¿No?
Pero es que, además, es muy incierto que PELP! sea "gente de fuera". Porque entre las más de 50.000 personas que ahora mismo ya respaldan a PELP!, hay también muchos vecinos de El Palmar, de Conil y de Vejer. Vecinos que, por cierto, están en la plataforma en muchos casos sin que lo sepa su propio entorno... por miedo. Porque esa es la cruda realidad de El Palmar: las ilegalidades permitidas, y nunca resueltas, se utilizan para tener a los vecinos con miedo. Cautivos de un temor crónico a que les derriben su vivienda, o no les den los permisos que precisan, o les señalen, o les hagan la vida imposible, simplemente por simpatizar con lo que hoy simboliza PELP!. Es muy duro descubrir ese miedo en El Palmar en pleno siglo XXI. Un terror secular al cacique que ya creíamos enterrado.
Por este motivo, para apostar por la confianza y el futuro en lugar de hacerlo por el pasado y el temor, PELP! ha pedido una cita con la consejera de Presidencia, Mar Moreno. Ella es la que dicen que simboliza los nuevos aires. Esperemos que sea así. Hay mucha credibilidad en juego. Y miles y miles de personas esperando a que la innovación y el desarrollo sostenible en toda regla se impongan al ladrillo en una de las pocas playas vírgenes que quedan en nuestro país. ¿Estarán los políticos a la altura?
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