SER un icono gay es fuente de prestigio. Es normal que quien esté en la opinión pública o en el famoseo quiera alcanzar tal estatus. Cuando uno llega a icono gay  puede olvidarse de cualquier otra cosa. No hace falta cantar bien, pintar bien, escribir bien, cocinar bien o actuar bien. Se llegó al Olimpo y a partir de ahí uno es objeto de culto, aunque sea  minoritario, pero si uno recibe el culto del mundo homosexual de manera inmediata gana la popularidad suficiente para no tener que volver a hacer otra cosa en la vida. Lo que no está claro es cómo se alcanza ese nivel. Podría  pensarse que si se llega al refinamiento suficiente puede  considerase tal, pero en el mundo gay hay mucho gusto por el petardeo, sea Alaska, Sara Montiel o Rocío Jurado. En cualquier caso es un misterio insondable cómo se llega al estatus de icono gay. Ocurre también que cuando la comunidad homosexual pone de moda un local, un barrio o una marca, muchos heterosexuales con espíritu  snob se lanzan sin recato a seguir la tendencia. Por eso en Chueca no se encontrarán sólo homosexuales, sino muchos modernos que gustan del ambiente libérrimo en modas y costumbres  de los lugares frecuentados por el mundo gay, sea en su versión refinada o sea en el subgrupo de osos o musculocas .

La Semana Santa ha sido siempre muy de homosexuales. No lo digo por provocar pero resulta evidente que es un mundo tan barroco, tan afectado, tan impostado, de sufrimientos, incienso, flores, cirios y música  que no queda más remedio que gustar entre los homosexuales. No sólo entre los refinados que ya han salido del armario, sino también entre algunos que lo son de manera larvada y también entre mariquitas y mariconas. Ni que decir tiene que no todos los capillas son gays pero  es un ámbito de gran interés para todos ellos. Muchos conocen a aquel hermano mayor sevillano en el Arny,  aquel suceso en La Palma y tantas más. Es posible que las imágenes semidesnudas, la sangre y el sufrimiento sean algo que exciten el morbo de gente desinhibida . San Sebastián, con el torso descubierto y asaeteado, es un potente icono . Todo esto viene a cuento porque dice una amiga que el Despojado se va a convertir en un icono gay de Cádiz. Creo que tiene todos los requisitos para conseguirlo, aunque es probable que los esforzados hermanos, la abnegada cuadrilla, el autor de la talla y el inventor de tan pomposo nombre no esperasen tal cosa. Enhorabuena a Luis Rivero y compañía, van a hacer historia, cualquier cosa mejor que ser del Xerez, irse a clubs de alterne con unas rusas y ser de la Vera Cruz.