Las Ventas | Decimosexta corrida de la Feria de San Isidro

De Justo torea a cámara lenta a ‘Director’, de Victorino

  • El diestro cacereño realiza una faena de Puerta Grande, que pierde por la mala colocación de la espada, cobrando una oreja

  • Octavio Chacón y Daniel Luque, de vacío

Emilio de Justo, en un derechazo al sexto toro, ‘Director’, de Victorino Martín en Las Ventas.

Emilio de Justo, en un derechazo al sexto toro, ‘Director’, de Victorino Martín en Las Ventas. / Efe

Una vez más el viento estuvo presente y fue decisivo en el devenir de la lidia en un festejo especial en el que se celebraba el centenario del debut de Albaserrada en Las Ventas, donde ayer se lidió una corrida de Victorino Martín cuya procedencia es del citado encaste. Un encierro desigualmente presentado y de juego dispar en el que destacaron positivamente y por distintas condiciones los toros segundo, cuarto y sexto.

Emilio de Justo, que tuvo en suerte el mejor toro del encierro, el sexto, Director, salió como triunfador del festejo por méritos propios. Con el que cerró plaza, un toro cárdeno, asaltillado, que embistió con clase en el capote y que entre otras virtudes humillaba, Emilio de Justo toreó de manera excelente con la capa, dibujando dos verónicas y dos medias a cámara lenta. El banderillero Ángel Gómez, que perdió pie cuando bregaba, se libró milagrosamente de una cornada. De Justo, muy centrado, fue desgranando una faena muy importante que comenzó con una buena serie al natural. Relajado, con la derecha, los muletazos nacieron con una suavidad asombrosa. Pases de mano baja y mando Hay que tener un valor descomunal para pasarse tan despacio al toro, como lo hizo de nuevo el cacereño. Aguantó mucho en una serie en la que el público rugió. Al toro le faltó algo más de recorrido. El torero continuó apurando y exponiendo con naturales sueltos que dibujó con gusto y un precioso pase de pecho. Se vislumbraba la Puerta Grande. El diestro se tiró de verdad, pero la colocación de la espada quedó baja y fue premiado con una oreja.

El tercero, bajo, largo, astifino, blandeó –con protestas del público– en los primeros tercios y llegó sin poder a la muleta. Emilio de Justo extrajo algunos muletazos meritorios por ambos pitones.

Octavio Chacón fue silenciado ante un lote desigual. El que abrió plaza, protestado de salida por su justo trapío, fue una auténtica alimaña. Gazapón, con peligro por ambos pitones, especialmente por el izquierdo. Chacón toreó con la capa con sentido, sacándolo hasta las afueras, andándole hacia atrás y con domino. Luego, con bemoles, aceptó hasta el cuerpo a cuerpo con un toro que le lanzó dos hachazos terribles por el pitón izquierdo, en el segundo de ellos con un testarazo en un ojo. Se salvó de sendas cornadas por reflejos.

El cuarto, cárdeno, asaltillado, muy astifino, se empleó bien en varas, acudiendo de largo en un segundo puyazo. Octavio Chacón, realizó una faena desigual en la que el encastado toro le desbordó por momentos; logrando lo mejor en el epílogo, con la zurda.

Daniel Luque cumplió ante los victorinos. En medio de un vendaval no pudo lancear al segundo, un toro en el tipo de la casa que cumplió y fue castigado fuertemente en varas. El animal tuvo buena condición en la muleta, especialmente por el pitón derecho. El sevillano realizó una faena interesante logrando los mejores pasajes con la diestra, principalmente en una serie con profundidad y otra con ligazón, la más fuertemente ovacionada. La estocada caída quizás enfrió al público y fue ovacionado.

El quinto, que cabeceó en varas, acometió sin grandes complicaciones, pero tampoco se entregó del todo. Luque toreó muy ceñido, aguantó una colada escalofriante por el pitón derecho y dibujó los mejores muletazos con la diestra en una faena desigual que no coronó con acierto.

Emilio de Justo, con valor, exposición y un toreo caro se llevó el respeto de la afición de Las Ventas en una tade en la que si no es por la colocación de la espada, hubiera abierto la Puerta Grande.

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