Salud mental

La esketamina reina entre los antidepresivos

Un operario manipula una remesa de envases de medicamentos.

Un operario manipula una remesa de envases de medicamentos. / Efe

La esketamina es un novedoso fármaco emparentado con la ketamina, que es más famosa por su condición de droga que por sus propiedades terapéuticas. El nuevo medicamento, que financia el Ministerio de Sanidad desde noviembre, está recomendado para pacientes con depresiones difíciles de tratar con los medicamentos clásicos.

No había surgido un fenómeno terapéutico como el de la esketamina desde la década de 1980, cuando se comercializó el prozac. El prozac y sus derivados, sin embargo, tienen el inconveniente de que sus efectos curativos no comienzan a percibirse hasta que no pasan semanas o meses después del inicio del tratamiento.

La esketamina es diferente. El fármaco, que se administra mediante un espray nasal fabricado por la empresa Janssen, es la prima hermana química de la ketamina, ese potente anestésico empleado en todos los quirófanos del mundo que emigró en la década de 1990 al universo de las fiestas ilegales y raves a causa de los efectos alucinógenos que provoca.

El veneno está en la dosis, recordando a Paracelso, y en este caso está también en su configuración espacial, en el escorzo tridimensional del novedoso fármaco. Ha sido el hallazgo de la esketamina, cuya principal novedad en el ámbito de los antidepresivos, explica Josep Antoni Ramos-Quiroga, jefe del servicio de psiquiatría del vall d'Hebron, consiste en la rapidez de su acción medicamentosa. Los psiquiatras estiman que lo normal es que las personas con una enfermedad mental comiencen a sentir los efectos beneficiosos desde el primero al séptimo día después de la primera administración.

Un fármaco, sólo un fármaco

El coordinador del Programa de Depresión Resistente del Hospital Ramón y Cajal, Miguel Vega, ha señalado que el perfil de los pacientes con depresión sobre los que está indicado la esketamina se limita a quienes previamente han recibido al menos otros dos tratamientos y no ha habido respuesta satisfactoria. "No es un paciente inhabitual", lamenta Vega, "ocurre casi hasta en un treinta por ciento de las personas con depresión". La prescripción de la esketamina, por tanto, queda indicado para pacientes depresivos que no responden a nada y que, además, tienen un alto riesgo de suicidio.

Pero, ojo, que no hay milagros. Y no sería necesario recordar lo que hacen algunos farmacéuticos comunitarios al recibir a un paciente aquejados "de los nervios", con una depresión aguda, "que el medicamento sea sólo un bastón" en tanto el paciente se cura del mal o los males que afectan a la salud mental. Y hablando de la esketamina, especialistas como el psiquiatra Rupert McShane, profesor de la Universidad de Oxford, recuerdan que el fármaco es "indudablemente" un avance pero tampoco un "milagro". "Es sólo un fármaco; no funciona para todo el mundo".

El doble de mujeres que hombres

La depresión no es cualquier cosa. Conocida técnicamente como trastorno depresivo mayor, es el problema psiquiátrico más común en la sociedad que se identifica con síntomas como la alteración del estado de ánimo, la manera de pensar y la autoestima. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado la existencia de más de 180 millones de personas en el mundo con depresión, una condición con más riesgo para las mujeres que para los hombres, concretamente el doble.

Los problemas de salud mental, alerta la OMS, pueden desembocar además en actitudes suicidas. Estos casos pueden llegar a seis de cada diez personas con depresión. Hasta el pasado noviembre, cuando el Ministerio de Sanidad comenzó a financiar la esketamina, los psiquiatras habían contado con un arsenal de antidepresivos que en su mayoría actúan en los sistemas de neurotransmisión cerebral en los que participa la serotonina o la noradrenalina. El resultado es uno de sus inconvenientes, la tardanza del inicio del efecto reparador, así como la tendencia a la disfunción sexual.

Reacciones adversas de la esketamina

Aunque la esketamina es un fármaco relativamente seguro, como el resto de medicamentos cuenta con una lista no escueta de reacciones adversas. Está el aumento provisional de la presión arterial (con riesgos de posibles crisis de hipertensión), como señalan los psiquiatras, pasando por la somnolencia y la sedación, efectos que recuerdan a los buscados por los anestesistas con su prima hermana la ketamina, lo que hace que sea recomendad su administración en un entorno con la presencia de personal sanitario.

Evocando igualmente a la ketamina, pero en su versión fiestera, hay descritas reacciones adversas en la esketamina como la aparición de sensaciones extracorpóreas y las alucinaciones. Hay especialistas que avisan, puesto que la depresión es una enfermedad crónica, de un posible riesgo de abuso después de una prescripción repetida del nuevo fármaco, aparte de advertir la necesidad de efectuarse más ensayos clínicos a largo plazo.

No resultará fácil que se convierta no obstante en el último grito en drogas "recreativas". Con la posibilidad del riesgo de abuso en los ambientes más festivos, Miguel Vega, psiquiatra en el Hospital Ramón y Cajal, es escéptico. "Para ocupar los receptores opioides a un grado que pueda ser atractivo para el consumidor lúdico tendrían que utilizarse 200 ó 300 dosis de esketamina", algo complicado de encontrar para "ningún paciente" y para "ninguna farmacia".

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