El cementerio San Miguel y su entorno acogen desde hace días distintos trabajos de adecentamiento ante el numeroso público que acudirá a sus instalaciones en los días 1 y 2 de noviembre, festividades de Todos los Santos y de los Difuntos, respectivamente.

El alcalde, Isidoro Gambín mostró en una visita al recinto la voluntad de su gobierno de acometer las actuaciones necesarias para dejarlo en las mejores condiciones posibles, no solo de forma circunstancial, como ahora, sino también planificando su futuro. Así, entre las iniciativas previstas, y ya anunciadas en su momento, el regidor arcense se refería al proyecto para la construcción de nuevos nichos y a la restauración del patio primero, tras la ampliación efectuada ya en 2017.

También confirmaba la intención del Consistorio para ir eliminando “paulatinamente” las barreras arquitectónicas que dificultan el tránsito de personas con movilidad reducida. De igual modo, Gambín habló de la reciente adquisición de una plataforma elevadora para subir féretros a nichos en altura.

Por su parte, el delegado de Infraestructuras, Diego Carrera, explicó que este año se vuelve a la normalidad en el régimen de visitas al camposanto, sin tener que cumplir el riguroso protocolo del año pasado, causado por la pandemia de covid19. Por ello, “se trabaja en tener un espacio lo más acorde a las visitas de los vecinos”, relataba. Además, como en años anteriores, una de las tareas consiste en preparar la explanada anexa como aparcamiento provisional.

En cuanto al servicio, el delegado de Cementerio, Jesús Rojas, dio a conocer que el horario durante los días 1 y 2 de noviembre será de 8 de la mañana a 6:30 de la tarde, de forma ininterrumpida. No obstante, según detalló, a partir del 20 de octubre se comprobará cuál es el nivel de asistencia y los horarios se adaptarán a ese aforo. Rojas comunicó, asimismo, que las labores de exhumación de féretros de la zona en estado ruinoso se suspenderán para ser retomadas el 3 del próximo mes.