Cuaresma en Cádiz 2020

El ‘nuevo’ Señor Orante

  • Regresa al culto la imagen titular del Huerto con una nueva policromía y unos rasgos más marcados que llaman la atención

El debate sobre las restauraciones de imágenes sagradas vuelve a ponerse encima de la mesa. La restauración de la imagen del Señor de la Oración en el Huerto desempolva una vieja diatriba en relación a la intervención de las tallas. ¿Hasta dónde debe llegar un restaurador? ¿Cuál es el límite de una intervención? ¿Puede cambiarse de manera notable la apariencia que ha adoptado determinada imagen con el paso del tiempo? Estas preguntas, que tienen respuestas en distintos sentidos, han surgido este miércoles después de que la parroquia de San Severiano abriera sus puertas para mostrar de nuevo al culto al Señor Orante, que ha estado diez meses y medio en el taller de Manuel Ramos Corona.

Por encima de cualquier consideración, en la hermandad del Huerto aclaran con contundencia: “la imagen sigue siendo la misma imagen”, aunque la intervención realizada y, sobre todo, la nueva policromía le hayan dado esos matices distintos que tanto han llamado la atención.

El hermano mayor de la cofradía, Ignacio Robles, trasladaba la “alegría para los hermanos” que ha supuesto la recuperación del culto a su titular, “coincidiendo además con el primer día del triduo en su honor”.

Ha recordado Robles que la intervención ha venido motivada, especialmente, por “un ensamble que se abrió en la parte superior de la cabeza y que iba a más”. Esto se detectó hace un par de años, y ya entonces el autor de la imagen, Manuel Ramos Corona, se desplazó a San Severiano para realizar una primera valoración en la que ya recomendaba intervenir a la imagen.

Además, en aquella visita a Cádiz, el autor trasladó a la cofradía las circunstancias que rodearon, hace treinta años, a la ejecución y entrega de esa imagen. Un imaginero que empezaba, con apenas veinte años, al que además le sobrevino alguna circunstancia de índole personal que dificultó este trabajo. “El boceto en barro que existía no se correspondía con la imagen. Ahora es cuando más se asemeja”, ha trasladado Robles.

Básicamente, la intervención ha consistido en la restauración del ensamble localizado en la cabeza, que ha obligado a eliminar la policromía, que además adolecía cierto tono blanquecino (aunque oscurecido por la suciedad propia del paso del tiempo). “Es por eso, por aplicar una nueva policromía, que se nota más la intervención”, señala el hermano mayor, añadiendo que el imaginero ha aprovechado también la intervención “para refinar los rasgos del Señor, que ahora muestra más los detalles”. Además, se han retocado los pies, para darle unas medidas más apropiadas a la escultura.

“En la hermandad estamos contentos. Sabíamos que era algo que había que hacer, y que los hermanos aprobaron por unanimidad”, concluye Ignacio Robles.

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