Los hechos que se produjeron durante el Lunes Santo, con las hermandades de La Palma, Nazareno del Amor y Prendimiento refugiadas en la Catedral a causa de la lluvia y Vera-Cruz volviéndose a su templo tras salir los primeros penitentes, condicionaron las decisiones que se tomaron a lo largo del Martes Santo. Entre las previsiones que señalaban la posibilidad de lluvia y un pequeño chubasco que cayó pasadas las tres de la tarde, las cofradías de Sanidad y Piedad decidieron no arriesgarse. 

Las reuniones se sucedieron a lo largo de la jornada para tomar la más complicada de las decisiones, sobre todo tras dos años en blanco sin poder salir a las calles a causa de la pandemia. Pero tras lo que pasó el lunes, con varapalo incluido del Cabildo Catedral a las cofradías, a las corporaciones de Santa Cruz y Santiago no les tembló el pulso. 

Poco antes de las cinco de la tarde, los hermanos de Sanidad aguardaban en el interior de Santa Cruz la decisión de su Junta de Gobierno, que llevaba reunida desde las 16.30 horas para valorar el último parte. A las 17 horas, la hermana mayor de la hermandad, Carmen Castro Carrasco, subió al altar del templo para anunciar a los hermanos la suspensión de la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. "Yo sé que este año teníamos muchas ilusiones, pero tendremos que posponerlo un año más", cerró su intervención Castro ante la emoción contenida de unos hermanos que asumían con resignación y entereza esta mala noticia.

Acto seguido, el director espiritual de la hermandad y párroco de Santa Cruz, Rafael Fernández, dirigió el ejercicio de las Cinco Llagas con el que los hermanos de Sanidad completaron la estación de penitencia. Un rezo que sirvió como plegaria para pedir la paz en Ucrania. 

El momento más emocionante en el interior de la Catedral Vieja llegó con la interpretación de la marcha Mayor Dolor de María, de José Manuel García Pulido, dedicada a esta cofradía del Martes Santo.

Con esta noticia sobre la mesa, la cofradía de Piedad no tuvo dudas a la hora de decidir quedarse en casa y esperar a la Semana Santa de 2023 para volver a las calles, si el tiempo lo permite. A pesar de que la cruz de guía de la corporación de la iglesia de Santiago debía ponerse en la calle a las 18 horas, 25 minutos antes de su horario de salida ya anunció la suspensión de la estación de penitencia. 

En este caso, el principal problema está en que el tamaño de los pasos solo le permite refugiarse en la Catedral, por lo que, si la lluvia le hubiera cogido en algún punto lejano a su sede canónica, habría tenido graves problemas para su regreso.

Tras hacerse oficial la decisión de Piedad, los hermanos rezaron en el interior de Santiago antes de que se abrieran las puertas para que el público que esperaba en la plaza de la Catedral pudiera visitar a los dos titulares de esta cofradía.