La hermandad del Rocío de San Fernando se ha dado cita este mediodía en la parroquia de la Sagrada Familia para rezar el ángelus y cantar en torno a su Simpecado. De esta forma han querido recordar la jornada en la que, si no hubiera sido por el coronavirus y el estado de alarma, habrían comenzado la tradicional romería hasta la aldea almonteña recorriendo la ciudad desde la Bazán hasta el Carmen para despedirse de La Isla a su manera.
Ha sido momentos especialmente emotivos para los rocieros isleños, a los que el Covid-19 ha dejado este año sin el camino más esperado y sin sus grandes momentos, como el acto de presentación ante la Virgen que La Isla hace en la tarde del viernes.
La intensa devoción que profesan a la Virgen se ha hecho especialmente presente en este sencillo acto, en el que inevitablemente han aflorado los sentimientos rocieros.
El rezo del ángelus viene a suplir lo que debería haber sido una colorida jornada y se ha desarrollado siguiendo las restricciones de aforo del templo y las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Además de la medalla, hoy los rocieros isleños llevaban su mascarilla para rezar a la Virgen.
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