Era la pieza del puzle que faltaba, señala el equipo de gobierno. La fragua de la familia de Camarón ha vuelto a abrir sus puertas tras seis años cerrada a cal y canto y tras una puesta a punto que, a diferencia de lo ocurrido con la casa natal del artista, ha sido bastante fiel y respetuosa con su esencia.

Ha sido cosa de la familia en exclusiva. Concretamente, de la sobrina del cantaor, Juana Monje, y de su marido, Jorge Noya. Son los que han decidido reanudar esta tarea de la que durante años –hasta que la salud se lo permitió– se encargó de llevar a cabo el hermano de Camarón, Manuel. Y los que han asumido con sus propios medios la puesta a punto de este pequeño pero simbólico y emotivo inmueble de la calle Amargura.

El pasado lunes se llevó a cabo una simbólica reapertura a la que fue invitado el Ayuntamiento. Asistieron los concejales de Presidencia y Fiestas, Conrado Rodríguez y Mar Suárez. La idea, evidentemente, pasa por incorporar las visitas a la fragua –donde trabajó el padre de Camarón – a la ruta turística que recorre los enclaves isleños vinculados al mito flamenco, como de hecho el Ayuntamiento estuvo haciendo hasta hace tan solo unos cuantos años.

Ahora que las obras del Museo Camarón que se construirá junto a la Venta de Vargas acaban de adjudicarse y que se espera que pueda abrir sus puertas en 2019, la fragua de la calle Amargura cobra también una especial relevancia al completar ese recorrido por la vida de Camarón que discurre también por la casa natal de la calle Carmen o por el cementerio, donde se encuentra el mausoleo en el que reposan sus restos mortales.

Todavía no hay nada cerrado al respecto, reconocía ayer el concejal de Presidencia, Conrado Rodríguez. Es ahora, una vez que la vieja fragua ha vuelto a ser acondicionada para recibir visitas, cuando se va a dar forma al tema. De hecho, explicaba este edil, esta semana hay prevista una reunión de los familiares que han reabierto la fragua con Turismo en la que se abordará ya la cuestión. "Primero tenemos que ver cuál es el planteamiento de la familia al respecto, cómo quiere llevar a cabo estas visitas, y luego ver cómo se articula dentro de la Ruta Camarón", explicó.

Aunque, evidentemente, todo pasa de una u otra forma por hacer que la fragua sea 'visitable' y vuelva a abrir sus puertas a la gente que acude a La Isla al reclamo de Camarón. De hecho, a pesar de haberse llevado varios años cerrada, hay gente que acudía en busca de la fragua y preguntando por ella en la Oficina de Turismo. Incluso durante los trabajos para su puesta a punto se ha llegado a colar alguna que otra visita.

Cómo y cuándo se abrirá y se podrá visitar es, precisamente, lo que ahora intenta determinar el Ayuntamiento con la familia. El delegado de Presidencia, que aplaudió la iniciativa de la sobrina del cantaor, reconoce que la recuperación de la fragua de la calle Amargura era una de las cuestiones que estaba todavía pendientes en lo que a Camarón se refiere a pesar del camino recorrido en los últimos años.

De hecho, en el anterior mandato, con Loaiza de alcalde, se llegó a hablar también en varias ocasiones de incorporar la fragua a lo que se llamaba el Espacio Camarón y hubo varias tentativas al respecto, aunque el tema no llegó a cerrarse. Y en estos últimos meses –dice Conrado– se había empezado a pensar también en varias fórmulas para que la fragua, que desde los orígenes de la Ruta Camarón forma uno de los enclaves naturales del recorrido, pudiera volver a abrirse y recibir visitas. Al gobierno local le ha complacido la iniciativa y se ha mostrado muy satisfecho con el trabajo que se ha llevado a cabo en la fragua, "que ha conseguido mantener toda la esencia", señala Conrado Rodríguez.