San Fernando | Cierra el freidor El Deán

Mucho más que bienmesabe

  • La Isla lamenta el cierre del freidor El Deán

  • La Asociación de Hosteleros (Asihtur) reconoce que con su desaparición "se pierde identidad"

El freidor El Deán, que lleva diez días cerrado.

El freidor El Deán, que lleva diez días cerrado. / D.C. (San Fernando)

El cierre del freidor El Deán no ha dejado indiferente a La Isla, que ha lamentado profundamente la pérdida de tan señero establecimiento. Otro negocio más de esos de toda la vida –y también de la céntrica calle Real– que se pierde y que se suma a una lista de ‘víctimas’ que cada vez resulta más larga.

El Deán no era el único freidor de La Isla. Afortunadamente aún quedan unos pocos más en pie para vender papelones de bienmesabe a los isleños. Pero sí es cierto que era todo un nombre propio en lo que a pescaíto frito se refiere. Disfrutaba de una fama que se había ganado a pulso durante décadas. Y era toda una seña de identidad de la gastronomía de San Fernando dada la larga historia que arrastraba este negocio con solera de más de dos siglos.

De hecho, en un censo elaborado por el Ayuntamiento en 1810 ya existe constancia de que, en esta misma ubicación –en el número 57 de la calle Real, esquina con Almirante Cervera– existía ya un freidor. Claro que el negocio, en todo este tiempo, ha pasado por manos muy distintas. Sus últimos propietarios –la familia Oneto– ha llevado las riendas del popular freidor desde los años 70 hasta ahora. Y en el año 2010, echando mano a ese censo histórico, celebró incluso su bicentenario.

No obstante, el pasado día 24 de mayo el freidor echó el cierre discreta y dolorosamente. Pocos estaban al tanto de esta decisión, que tampoco se ha querido airear. Así que cuando la noticia empezó a circular por La Isla el pasado domingo muchos no daban crédito.

Fue toda una sorpresa: El Deán, cuyos olores tanto se han evocado, había cerrado y era como si La Isla hubiese perdido algo. La caída de un negocio emblemático de San Fernando –todo un referente durante décadas– ha desanimado a muchos isleños, que ven con creciente pesimismo el progresivo cierre de establecimientos tradicionales, a los que cada vez les cuesta más sobrevivir en los tiempos actuales. Hace unos meses, por ejemplo, echaba también el cierre en la calle Real otra señera tienda que muchos isleños han echado en falta; Ruceco. Y no es la única.

El tranvía y la nueva situación a la que ha quedado abocada la calle Real al no tener tráfico, la crisis económica que todavía colea y se hace notar entre las familias, la maltrecha situación económica de buena parte de La Isla y del comercio tradicional en particular, que lleva años sin conseguir levantar la cabeza, el cambio de hábitos de consumo... Argumentos de todo tipo y condición han vuelto a ponerse sobre la mesa al hilo del cierre de este emblemático local, que servido para reavivar el debate en torno al futuro de San Fernando.

La Asociación de Hostelería y Turismo de San Fernando (Asihtur), entidad presidida por Lolo Picardo, ha lamentado también el cierre del freidor El Deán. "Es una pena que se pierdan locales tan señeros y tan antiguos en La Isla", afirmaba ayer al referirse al cierre del mítico freidor de la calle Real. No se trata solo de perder un negocio con arraigo en la ciudad, de un local más que cierra, apostilla. "Es perder identidad", afirmaba. Y eso siempre pasa factura.

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