San Fernando tiene su ambiente cuando llega agosto y los días más cálidos de la temporada estival. Es lo que toca. Sin embargo, en el barrio de la Pastora se respira otro aire completamente distinto cuando se acercan las jornadas previas al 15 de agosto. Sus calles se engalanan para recibir la Reina del barrio, la Divina Pastora, que ayer volvió a recorrer cada esquina para reencontrarse con sus más devotos fieles.

La jornada de fiesta en el barrio arrancó, como es costumbre con la culminación de los cultos oficiados en la iglesia de la Pastora, un acto que acoge a todos los hermanos y los feligreses que quieren orar y admirar a la virgen de su barrio. No obstante, quedaba lo más esperado de la jornada, la procesión de alabanzas que comenzó a las 19.30 horas de la tarde.

Previos momentos a la salida procesional, los hermanos iban acercándose a la plaza de la Pastora. La cuadrilla de costaleros isleños y su capataz, Antonio Reseco, intentaban aguantar los nervios del momento mientras compartían anécdotas de años anteriores. El hermano mayor, Juan José Romero, ultimaba los preparativos entre sus hermanos para dejar todo listo para salida.

"Un año más volvemos a salir, llevo años de hermano mayor y me siento muy orgulloso por todas las cosas positivas y el patrimonio que ha generado la hermandad en la ciudad y en el barrio", afirmaba poco antes de echarse a la calle en esta tarde tan especial.

Cada año, la Virgen recorre su barrio que se engalana para la ocasión. Los miembros de la junta de gobierno y del grupo joven se afanan en las vísperas de cada 15 de agosto en el exorno de las calles por las que pasa el cortejo procesional. Asimismo, este año han colocado un cuadro con la imagen de la Divina Pastora en el callejón Cróquer, dando la bienvenida a todos los que accedan a su barrio por este famoso rincón isleño.

El paso de la Pastora estuvo cuajado de rosas green tea y orquídeas phalaenopsis blancas y estalium y lavanda. La imagen estuvo engalanada con sus mejores galas, entre las que destacaron algunas de sus joyas más representativas.

Como es tradición, la Pastora se presentó ante sus fieles con la presea y ráfaga de la coronación canónica, de la que se cumplirán en noviembre 15 años. Destacaba también la pulsera de oro donada en su día por el almirante del Arsenal de la Carraca, Juan Francisco Serón Martínez. Tamién las insignias de las tres hermandades de penitencia de la parroquia: Huerto, Misericordia y Ecce-Homo. Para finalizar, la Copatrona de San Fernando lucía los pendientes donados por la pastoreña más famosa, María Rosa García (Niña Pastori).

Antes de la apertura de las puertas de la parroquia, los hermanos se reunieron para rezar por una salida procesional sin incidentes. Asimismo, se acordaron de los pastoreños que ya no estaban o que padecen alguna enfermedad o situación precaria, siento este uno de los momentos más emotivos de los primeros momentos de la tarde.

Las puertas de la parroquia de la Pastora se abrieron a las 19:30 horas mientras sonaba la marcha real e himno nacional, interpretado por la banda Maestro Enrique Montero, de Chiclana, que acompañó a la Virgen durante todo el recorrido.

Los pastoreños se volcaron con su reina, un año más, ataviados con sus mejores galas y disfrutando de una jornada en la que tuvieron que lidiar con las elevadas temperaturas.

Por otro lado, el cortejo procesional estuvo encabezado por los hermanos pastoreños, seguidos por las salineras de San Fernando y de las autoridades pertinentes. Entre ellas, María José Focubierta, delegada de Cultura; Mar Suárez, concejala de Fiestas.

A la plaza de la Pastora se acercaron los fieles más devotos y los habitantes del barrio que, con admiración, esperaron el momento de la salida con ilusión.

Las calles de la ciudad, a estas horas de la tarde, presentaron un concurrido aspecto en esta festiva jornada en la que muchos isleños aprovecharon para echarse a la calle y disfrutar de la jornada que marca el ecuador del mes clave del verano. Los pastoreños, congregados en torno a la Copatrona, la arroparon a lo largo de su recorrido por las calles de La Isla.