La FLAMPA, la Federación Local de AMPAS de San Fernando, ha insistido en la necesidad de encontrar una solución para la situación del colegio de San Ignacio y ha apelado al entendimiento entre las dos administraciones implicadas, el Ayuntamiento isleño y la Junta de Andalucía. Si no existe ese consenso, sostiene, difícilmente se podrá dar una rápida respuesta al conflicto, que ha llegado ya a una situación difícilmente sostenible. 

La presidenta de la entidad, Luisa Guerrero, ha trasladado su apoyo a las reivindicaciones de la AMPA del centro, con la que tiene previsto reunirse el próximo lunes tras la declaración de ruina del edificio principal del centro que ha obligado a trasladar el servicio de comedor al colegio Quintanilla, a unos 400 metros de distancia. "Los niños son los que salen perjudicados", ha lamentado. 

Esta solución que se ha dado al comedor -advierte- no les gusta. Y aunque en estos días el traslado de los escolares se lleva a cabo con normalidad se pregunta qué pasará cuando no haga buen tiempo: "¿Cómo se va a hacer el traslado un día que llueva?", inquiere mientras recuerda que entre los niños que van al servicio hay algunos muy pequeños (de Infantil) y otros incluso con necesidades educativas especiales. 

"La Junta de Andalucía tiene que poner un autobús para los niños", defiende. Aunque la FLAMPA, en realidad, es partidaria de que el servicio de comedor se adecúe en el propio colegio San Ignacio, tal y como se acordó en las reuniones que las partes mantuvieron en agosto y octubre pasado. 

"El problema es que no se ha cumplido ninguno de los acuerdos que se alcanzó en estas reuniones", afirma. 

Los acuerdos, que en su momento no trascendieron, pasaban por habilitar un office para atender el servicio de comedor en unos aseos del edificio secundario del centro educativo -justo donde se han trasladado los alumnos ante la declaración de ruina del edificio principal- e instalar módulos prefabricados para resolver el problema de espacio que existe actualmente. 

De lo primero se iba a hacer cargo el Ayuntamiento, que se ofreció para agilizar el proceso, explica. Pero tiene que hacerlo según el proyecto de la Junta -recuerda Guerrero- y la instalación eléctrica se ha comprobado que no reúne los requisitos para ello tras la inspección de la OCA, por lo que esa adecuación del office queda -al menos por el momento- descartada. Y de lo segundo -la instalación de los módulos prefabricados- se iba a encargar la Junta de Andalucía, recuerda la FLAMPA. Pero tampoco se ha hecho. 

Para el problema más inmediato que es el comedor, la alternativa que plantea la Federación Local de AMPAS pasa por ahí más que por el traslado a otro centro educativo: instalar los módulos prefabricados para el comedor y asegurarse de que llega la línea caliente del catering, lo que permitiría sortear la falta de adecuación del office y que -sostiene- "es a lo que se comprometió la Junta en estas reuniones". Todo pasa por afinar los horarios del catering, sostiene mientras recalca que "es la Junta de Andalucía la que tiene las competencias de los comedores". 

Otra cuestión es la solución que se piensa dar al colegio San Ignacio para asegurar su continuidad una vez confirmada la declaración de ruina del edificio principal, que para la FLAMPA pasa por la ampliación del centro que ha propuesto el Ayuntamiento isleño con la cesión del suelo (y su cambio de uso en el PGOU) de la parcela colindante al edificio en el que ahora están los alumnos. 

La FLAMPA ha mostrado también su preocupación por el impacto que la situación actual del centro puede originar en el proceso de escolarización que ahora está a punto de arrancar y ha defendido la calidad educativa de la ecoescuela San Ignacio, algo que la presidenta de la entidad afirma conocer de primera mano porque ha tenido allí a su hijo: "Y si ahora tuviese que entrar en Infantil lo volvería a matricular en el San Ignacio sin dudarlo ni un momento, a pesar de los problemas que tienen las instalaciones".