Columna marca la llegada del tiempo de las cofradías

La imagen presidió anoche el vía crucis del Consejo de Hermandades, que desde 2007 no salía a la calle

Arturo Rivera / San Fernando

28 de febrero 2012 - 01:00

El reloj cofradiero que cuenta los días y las horas que restan para un nuevo Domingo de Ramos se puso anoche de nuevo en marcha. No ocurría desde el primer lunes de la Cuaresma de 2007. El vía crucis del Consejo de Hermandades -el 'oficial', por llamarlo así- regresó a la calle tras cuatro años relegado por la lluvia o el fuerte viento, según el caso, al interior de la iglesia.

Y el rezo de las estaciones en el interior del templo desprende solemnidad, imprime austeridad y sobriedad e incita a la oración y al recogimiento. Como debe ser en Cuaresma, como debe ser un vía crucis.

Pero también se echaba ya en falta que el murmullo que acompaña al rezo de las estaciones del vía crucis -del 'oficial', el del Consejo- resonara por las calles de La Isla en estas primeras noches de la Cuaresma, anticipadoras de las que están todavía por venir con la llegada de la primavera.

Ni con Santo Entierro (2008), ni con Servitas (2009), ni con Huerto (2010), ni con Soledad (2011) fue posible. Anoche, sin embargo, se recuperó la evocadora imagen de un Cristo en parihuelas atravesando las calles de La Isla para anunciar que el tiempo de las cofradías había regresado, había comenzado de nuevo. Fue una imagen del Domingo de Ramos, la de Nuestro Padre Jesús Atado y Flagelado a la Columna la que se encargó de hacerlo.

Pasadas las ocho de la tarde, la isleña talla que a finales del siglo XIX tallara el valenciano Vicente Tena irrumpió silenciosamente en la plaza de la Iglesia alumbrada por sus candelabros guardabrisas para proclamar la proximidad de la Semana Santa. Atrás quedaba la fachada almagra de la Iglesia Mayor iluminada en plena noche mientras el cortejo avanzaba, una escena de gran belleza. El sello clásico y señero que desprende esta popular imagen en las primeras horas de la Semana Santa envolvió el momento. El centro, repleto de gente en vísperas de un día festivo, arropó al vía crucis.

No faltó nada. La noche acompañó la primera cera encendida que portaban los hermanos en un cuidado y organizado cortejo que abrió su diputado de cruz, palermo en mano, mientras avanzaba por la calle Real para subir luego por General Serrano en busca del Teatro de las Cortes. Las primeras estaciones del vía crucis se rezaron ante las cruces de guía de las hermandades, según el turno establecido por el Consejo. La música de capilla -a cargo de la agrupación de San José Artesano- y la escolanía del Santo Entierro revistieron de austeridad los andares que la cuadrilla de hermanos imprimió a la parihuela. El Cristo de Columna recorrió un céntrico itinerario muy similar -en parte- al que la cofradía hace cada tarde de Domingo de Ramos.

Y el obispo diocesano, Rafael Zornoza, acompañó a la imagen en el vía crucis que anoche metió de lleno a La Isla en una nueva Cuaresma. Acompañaron también a la imagen de Nuestro Padre Jesús Atado y Flagelado a la Columna el pregonero de la Semana Santa, Manuel Muñoz Jordán; el alcalde, José Loaiza, el primer teniente de alcalde, Francisco J. Romero, y una nutrida representación de la Corporación Municipal.

El cortejo regresó al templo cerca ya de las diez de la noche. Tras cuatro años, La Isla consiguió dar de nuevo la bienvenida a la Cuaresma con el rezo de las estaciones del vía crucis en plena calle.

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