San Fernando

El Centro Obrero cumple hoy 138 años de historia compartida con San Fernando

El Centro Obrero, en la céntrica calle Rosario.

El Centro Obrero, en la céntrica calle Rosario. / D.C. (San Fernando)

La Isla está de aniversario. Hoy cumple 138 años una de sus instituciones más señeras: el Centro Obrero, la entidad que cuenta con el honor de ser la más antigua –de carácter no religioso– que existe en la ciudad. Por eso, cada año esta fecha resulta difícil que pase desapercibida en la localidad.

Sobre todo, en sus aulas de la céntrica calle Rosario, por las que a lo largo de todo este tiempo han pasado generaciones y generaciones de isleños para dar clases y aprender mecanografía, taquigrafía o dibujo técnico, entre otras materias que eran herramientas básicas para encontrar un puesto de trabajo en La Isla, que en definitiva de eso se trataba.

Transcurrido más de siglo y cuarto desde su fundación la actual directiva del Centro Obrero –que preside Juan Coello Cruz– continúa el legado de sus predecesores con la formación por bandera. Eso no ha cambiado, aunque hoy las clases sean además de robótica, diseño gráfico, desarrollo de videojuegos, ofimática, inglés o, incluso, de dibujo artístico para niños y adultos, que por cierto es una de la que mayor aceptación tiene. Y todo ello –puntualizan– sin recibir ayuda de ninguna administración.

El Centro Obrero, con su larga trayectoria, es un referente indiscutible de La Isla que ha estado vinculado además durante buena parte de su historia a la Armada, al Arsenal de La Carraca, a la antigua Bazán o a la desaparecida Fábrica de San Carlos y ha cubierto con éxito una faceta a la que a menudo no llegaba la administración.

Fue creado el 19 de octubre de 1884 con el sublime propósito de "contribuir al progreso moral y material de los obreros de esta ciudad, a fin de que estos sean ciudadanos dignos, útiles, inteligentes y laboriosos, tanto en sus relaciones con la familia, como con la sociedad en general". Y esa declaración de principios, tan propia de aquel momento histórico, no ha cambiado en su esencia para el Centro Obrero, todo un superviviente de una Isla que ya no existe pero que sigue empeñado en mirar al futuro y que sigue volcado en su propósito: la formación.

Así lo recordaba su presidente durante la exposición de pintura del alumnado que se llevó a cabo recientemente, en el pasado mes de junio. "No hay una familia de La Isla que no haya pasado por aquí", advirtió en aquella inauguración la alcaldesa, Patricia Cavada, al recordar la anécdota de que ella misma estudió informática en estas instalaciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios