La 'Ay, Carmela' de Verónica Forqué provoca una risa ácida en el Teatro
El clásico español sobre la vida de dos artistas en plena Guerra Civil no logró llenar del todo el coliseo
La experiencia de dos actores consagrados como Verónica Forqué y Santiago Ramos se pone de manifiesto más que nunca en una obra clásica de la España castiza como es Ay, Carmela, de la que tantas versiones se han hecho tanto en cine como en teatro. Por eso el último fin de semana ambos se metieron al público del Teatro de Las Cortes en el bolsillo a largo de una producción de la que son, además de protagonistas, únicos intérpretes. Los espectadores echaron atrás la vista con nostalgia, repasaron una lección de Historia que no hay que olvidar pero, sobre todo, rieron y disfrutaron de lo lindo. Porque, lejos de dar una visión trágica, la burla satírica es la mejor baza de Ay, Carmela. El coliseo isleño se fue volcando poco a poco en la historia, a pesar de la visión de algunas localidades vacías.
El asunto central, la dura vida de muchos artistas en plena Guerra Civil española, se refleja a la perfección a través de los devenires y desavenencias de dos comediantes de tres al cuarto, él partidario de hacer la cama al bando nacional -que iba ganando la guerra- y ella, republicana y mucho menos prudente. La canción española y el esperpento de cara al público y un trasfondo mucho más amargo. Y, fundamentalmente, dos actores que llenan completamente el escenario.
1 Comentario