Cinco órganos de tu cuerpo que nunca recuperarás después de haber vapeado

El vapeo ha ganado popularidad como una alternativa al tabaco, especialmente entre fumadores que buscan dejar de fumar cigarrillos convencionales. El vapor lo produce un dispositivo electrónico que calienta un líquido para generar un aerosol que la persona inhala como si fuera humo.

Se empezó a comercializar como alternativa al tabaco pero cada vez hay más investigaciones que demuestran que el vapeo también conlleva riesgos significativos para la salud, tanto por la nicotina como por otros compuestos químicos presentes en los líquidos.

"Si el líquido contiene nicotina, el usuario está inhalando nicotina junto con los otros ingredientes en el líquido", explica el doctor Thomas Eissenberg, experto en investigación del tabaco en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia.

Una de las preocupaciones más alarmantes en torno al vapeo es su creciente popularidad entre los adolescentes y jóvenes, por lo que su consumo es más frecuente que el de cigarrillos tradicionales y aunque no fumen estos, al consumir vaper, aumentan las probabilidades de fumar también cigarrillos tradicionales, además de producir daños irreparables en algunos órganos vitales del organismo.

Daño a los pulmones

Aunque el vapeo no implica la combustión del tabaco, los líquidos usados en los cigarrillos electrónicos contienen sustancias químicas como propilenglicol, glicerina y aromatizantes las cuales irritan y dañan el tejido pulmonar, por lo que se producen enfermedades respiratorias crónicas como bronquitis y, en casos más extremos, neumonía lipoidea o EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de productos de vapeo).

"Muchos líquidos de vapeo contienen nicotina, que es altamente adictiva"

"Los pulmones no están diseñados para lidiar con el desafío constante de la falta de aire que las personas les están provocando (a veces hasta 200 inhalaciones al día) día tras día, semana tras semana, año tras año", manifiesta Eissenberg.

Cuando los líquidos de vapeo se calientan, generan compuestos tóxicos como formaldehído o acroleína, que son potencialmente dañinos y pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias y cáncer.

Daño en el desarrollo del cerebro

El cerebro, en la etapa adolescente, aún está en proceso de formación y la nicotina puede afectar negativamente áreas responsables del control de impulsos, la toma de decisiones y la regulación emocional. Además, la nicotina también altera la capacidad de concentración y aprendizaje, lo que puede tener repercusiones a nivel académico y social.

Muchos líquidos de vapeo contienen nicotina, que es altamente adictiva. Las personas pueden desarrollar una dependencia física y psicológica, lo que puede dificultar dejar el vapeo. Además, el consumo elevado de nicotina puede tener efectos negativos sobre el sistema cardiovascular y neurológico.

Impacto en la salud cardiovascular

La exposición continua a la nicotina y otros compuestos del vapeo puede provocar un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, lo que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, infarto o accidentes cerebrovasculares.

Afecta a los riñones

La presencia de metales pesados y otras sustancias tóxicas que se encuentran en algunos e-líquidos o que se generan durante el proceso de vaporización producen daños irreparables en los riñones.

La exposición prolongada a sustancias como el cadmio, el níquel y el plomo, las cuales han sido detectadas en los aerosoles, interfieren en la capacidad de filtrar adecuadamente las toxinas de la sangre lo que puede contribuir a problemas renales crónicos. El daño en los riñones es difícil de revertir, especialmente si la exposición es prolongada.

Sistema inmunológico

El vapeo también afecta el sistema inmunológico de manera significativa ya que lo debilita y pierde capacidad para afrontar las infecciones y enfermedades. Al dañar las células inmunitarias en los pulmones y en otras partes del cuerpo, el vapeo compromete la respuesta inmunitaria, aumentando la susceptibilidad a infecciones respiratorias, como neumonía o bronquitis.

Con el tiempo, este debilitamiento inmunológico puede volverse crónico, dejando al cuerpo más vulnerable a una amplia gama de enfermedades. La capacidad del sistema inmunológico para recuperarse puede verse seriamente comprometida tras el daño provocado por el vapeo.