Salud sin fronteras

josé Martínez Olmos

Interoperabilidad y sanidad

DESDE hace decenios, los ciudadanos podemos sacar dinero con nuestra tarjeta de crédito en cualquier lugar del mundo y en cualquier entidad bancaria aunque no tengamos en ella nuestra cuenta corriente. Eso es posible porque las entidades bancarias, a pesar de tener sistemas informáticos diferentes, han trabajado el concepto de interoperabilidad que permite usar la tarjeta en cualquier cajero. Es decir, tecnológicamente, la interoperabilidad es un asunto resuelto hace muchos años. Pero eso no es así en la sanidad española entre los servicios regionales de salud. Hace días que conocimos la noticia de que Hacienda y Administraciones Públicas se da de plazo hasta 2020 para lograr la "interoperabilidad total" del sistema de información del Sistema Nacional de Salud.

Decepcionante planteamiento teniendo en cuenta que ya en 2011, las bases de la interoperabilidad estaban ya sentadas hasta el punto de que en su primera comparecencia como ministra de Sanidad en febrero de 2012, Ana Mato prometió este objetivo de manera inminente.

Hoy, no hay interoperabilidad en nuestra sanidad entre comunidades (sí dentro de muchas de ellas),!a pesar de que se han invertido cientos de millones en mejorar la dotación de las tecnologías de información sanitaria en las comunidades autónomas para disponer de historia digital, receta electrónica y otros sistemas de información. El ministerio de Sanidad ha sido incapaz de hacer posible la movilidad real de los pacientes mediante la integración de todos los sistemas, de forma que desde cualquier punto de España el ciudadano pueda acceder a los mismos servicios que en su comunidad de origen aprovechando la información clínica de su situación personal.

Ello me hace cuestionar la verdadera intención institucional de acudir a fondos Feder de la Comisión Europea (el Fondo Europeo de Desarrollo Regional), poniendo de manifiesto que nuestro país necesita "un impulso inversor adicional para integrar todos los sistemas regionales de sanidad en el sistema nacional de forma que la interoperabilidad entre todos ellos sea total.

Con el desarrollo actual de los sistemas de información, lo extraño e increíble es que no haya interoperabilidad entre las diferentes plataformas autonómicas. Algo por lo que los responsables ministeriales deberían dar explicaciones públicas.

¿Qué es lo que pierden nuestros pacientes y nuestros profesionales por la falta de interoperabilidad?. Pierden calidad asistencial porque cuando un paciente, al moverse por el territorio nacional necesita asistencia sanitaria en otra comunidad diferente a la de la que reside, no tiene la garantía de poder acceder a la información clínica de la que se disponga en su servicio de salud.

Se pierde calidad, se repiten pruebas y se genera una respuesta menos satisfactoria para atender bien los problemas de salud de la gente. Los servicios de salud regionales al no tener e integrados sus sistemas de información clínica por esta incapacidad del ministerio, aparecen como sistemas con fronteras perjudiciales para el paciente.

Es un asunto de enorme trascendencia sobre todo, porque se han invertido cientos de millones para el objetivo de interoperabilidad con el plan avanza del ministerio de industria y sanidad desde 2005 a 2011. Todo un fraude político de este gobierno.

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