Las ambulancias en Cádiz: Cuando el combustible es un "producto sanitario"

PRECIO DEL COMBUSTIBLE

El gasto en combustible en la cooperativa Ambulancias Barbate es de 10.000 más al mes que hace un año

El IVA del combustible del transporte sanitario es del 21%

Una de las ambulancias repostando en una gasolinera / DCA

La escalada de precios de la energía y, especialmente del gasóleo, amenaza con cortocircuitar la economía. A la huelga gran parte del sector de los transportes se ha sumado la decisión de gran parte de la flota pesquera de quedarse amarrada en los puertos. Las empresas lácteas paran su producción y el desabastecimiento de muchos productos es una realidad. A título individual, muchos ciudadanos han optado por dejar el coche en casa y tirar del transporte público o por el vehículo compartido cuando es posible. Cuando no, se resignan a pagar un precio por el combustible que se ha llegado a duplicar en algunos momentos.

Pero dejar el vehículo en el garaje es imposible para sectores fundamentales como el del transporte sanitario. A la cooperativa ‘Ambulancias Barbate’ no le salen las cuentas. Son concesionarios del servicio de transporte sanitario del Servicio Andaluz de Salud. Se encargan tanto de la red de transporte urgente del distrito Bahía de Cádiz - La Janda (red de soporte vital básico y soporte vital avanzado) como de la red de transporte programado del área sanitaria del Hospital de Puerto Real, dentro de la UTE TSI Cádiz.

El problema se entiende con una simple comparación: el gasto de combustible que asumieron el pasado mes de febrero fue de 10.000 euros más que en febrero del pasado año, con un consumo prácticamente idéntico. Por eso temen sacar la calculadora a finales de marzo, que es cuando el precio del combustible se ha disparado hasta límites inasumibles.

De media, la extensa flota de ambulancias que la cooperativa pone en funcionamiento cada día consume una media de 50.000 litros mensuales. Es una cantidad, claro está, que varía dependiendo del mes, pero siempre se mueven en una horquilla que rara vez baja de los 45.000 litros. Eso supone que el desembolso mensual que realiza la cooperativa solo para hacer frente al combustible es de aproximadamente 90.000 euros mensuales con los precios actuales.

Uno de los trabajadores de Ambulancias Barbate repostando gasolina / C.P.

“Nosotros no podemos dejar las ambulancias aparcadas, recortar trayectos o incrementar los precios, puesto que la adjudicación del contrato se realizó hace tres años, en marzo de 2019, con un precio cerrado”, dicen en la cooperativa.

Por eso, una de las demandas que mantienen es que, al igual que se ha hecho con las empresas de transporte de mercancías y en los contratos públicos de obras, se contemple la posibilidad de revisar precios que, de algún modo, amortigüen las fluctuaciones de un mercado tan cambiante como es el del combustible.

El motivo también se entiende con otra simple comparativa. Cuando el contrato se adjudicó el precio del carburante estaba alrededor de 1,20 euros el litro. Unos 60 céntimos menos que lo que esta semana ha alcanzado, y que puede llegar a suponer unos 30.000 euros mensuales de diferencia teniendo en cuenta el consumo medio

Otra de las reivindicaciones de las empresas del sector son los impuestos. En España, los productos sanitarios y los servicios sanitarios están exentos de IVA. Sin embargo, el transporte sanitario, que es un servicio de obligada prestación y que se recoge en la cartera de servicios del Ministerio de Salud, sigue pagando el precio del combustible con el 21% de IVA. Un impuesto que pagan tanto las empresas concesionarias como la propia administración pública que cuenta con flotas de ambulancias para servicios como el 061.

“No tiene sentido que una ambulancia que transporta a enfermos pague el mismo IVA en la gasolina que un turismo”, mantienen en la cooperativa. El enfado es mayor si recuerdan que “existen bonificaciones para el gasóleo agrícola y el gasóleo marino (para los barcos de pesca), pero no para el sector sanitario”.

La escalada de precios del carburante supone por tanto otro palo para una cooperativa que aún intenta recomponerse de los efectos de la pandemia, durante la que han tenido que hacer frente a gastos como los equipos de protección para sus 130 trabajadores o la desinfección especial de las ambulancias, entre otros muchos.

“En el contrato que se adjudico hace tres años no se tiene en cuenta estas situaciones coyunturales que suponen un tremendo impacto”, lamentan en Ambulancias Barbate. También durante la pandemia, aunque el precio del combustible no era el actual, su coste supuso un importante desembolso ya que en muchos casos se tuvieron que duplicar servicios.

Durante los meses en los que el distrito sanitario Bahía de Cádiz- La Janda permaneció en los niveles de alerta 3 y 4, el aforo de la ambulancia de transporte programado se tuvo que reducir al 50%. “En esos meses el servicio se tenía que seguir prestando porque había pacientes que precisaban, por ejemplo, de tratamientos tan importantes como la diálisis, por lo que si solo podíamos llevar a la mitad, había que hacer dos viajes, duplicando el precio de la gasolina. Como siempre, este gasto se asume con el esfuerzo de los cooperativistas, por lo que es urgente que se establezca esa capacidad de revisión de precios en el servicio de transporte sanitario”, afirman en la cooperativa.

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