
Cambio de sentido
Carmen Camacho
Ritual
Crónica personal
El presidente del Gobierno ha tenido días mejores, y en su intervención en el Congreso no presentaba buena cara. Si es el espejo del alma, habría que deducir que el alma de Pedro Sánchez lleva días siente inquietud y preocupación. Cuando intentó atacar al PP se le notó poco convincente. Mientras se celebraba el debate, se produjo la noticia de que el juez Peinado ve indicios de delito en el rescate del Gobierno a Air Europa y continuará investigando. Necesita saber si Begoña Gómez tuvo algún papel determinante. La comparecencia era para informar sobre el nuevo presupuesto de Defensa al que obliga la OTAN, pero sabe Sánchez mejor que nadie que cualquier intervención suya acaba incidiendo en lo que protagoniza la vida política española: el apagón. Con el añadido del parón de Renfe el lunes pasado y la falta de atención que recibieron los afectados.
Y por encima de todo ello, el asunto que desde hace meses protagoniza la vida política española: la corrupción de destacados miembros de su Gobierno y su partido, con Ábalos como principal figura. Principal por su relación estrecha con el presidente y por el escándalo que producen sus fechorías, que los jueces determinarán si son delito.
Lo primero que le preguntó Feijóo a Sánchez es cómo puede presentar un presupuesto de Defensa cuando no ha presentado los Presupuestos Generales del Estado. Tenía razón el líder del PP. De hecho, Sánchez se ha situado al margen de la Constitución al no presentarlos. Y, probablemente por la preocupación con la que vive estos días, no fue capaz de dar una sola explicación. Ni sobre el apagón, ni sobre el fiasco de Renfe ni sobre nada. Eso sí, no piensa cambiar su posición sobre la energía nuclear, ni siquiera como un mix con las renovables como sucede en la mayoría de países europeos. Con una frase contundente: el futuro energético de España será verde o no será.
Descalificó al PP condicionando su posición energética a la ideología, un partido vendido a los lobbies. Más le valdría a Sánchez no hablar de venderse, o de comprar voluntades, cuando ha vendido su programa y sus principios a cambio de votos. Eso sí, aseguró que en cuanto se conozca el resultado de la investigación sobre las causas del apagón, se informará con plena transparencia y “se exigirán responsabilidades”. ¿Es creíble? ¿Respeta Sánchez la obligada transparencia?
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