Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El fin de la abundancia

Ahora vivimos la incertidumbre del incremento desaforadode precios y la posibilidadde que haya escasez

La frase de Macron ha causado sensación. Primero porque no es normal en un político, que suele vender optimismo. Segundo porque tiene razón, otra cosa es que haya desigualdad y que importantes sectores de la población vivan en condiciones precarias. Hasta ahora podíamos decir que la historia de la humanidad es acumulación de progreso. A pesar de los pronósticos maltusianos, había energía, materias primas y agua para todos. Steven Pinker lo cuenta muy bien: hemos vivido el momento de paz y prosperidad mayor en la historia. Abríamos el grifo y salía agua, le dábamos al interruptor y se encendía la luz, íbamos al supermercado y había suministros, llevabas el coche a la gasolinera y del surtidor salía combustible. Ahora vivimos la incertidumbre del incremento desaforado de precios y la posibilidad de que haya escasez. Uno de los elementos paradigmáticos es el uso del coche. Ha sido la vaca sagrada de la sociedad desde hace más de un siglo: puentes, carreteras, calles, plazas, aparcamientos, venta de coches, suministro de gasolina. Todo gira en torno al vehículo privado. Se calcula que el 75% del espacio urbano se destina al tráfico, bien sea a la movilidad o al aparcamiento. Quizás en Cádiz todo empezó cuando en el franquismo se abrieron los arcos de las Puertas de Tierra dándole la puntilla a la muralla, la Avenida como eje vertebrador de la ciudad moderna con un puente sobre la Bahía, el alcalde Beltrami que pretendía derribar el Barrio de Santa María para que la Avenida llegase a San Juan de Dios y que impulsó el aparcamiento de Canalejas. Carlos Díaz continuó la obra: aparcamientos del Campo del Sur, Glorieta y de San Antonio. El PP promovió convertir Cádiz en un queso gruyere con aparcamientos por todos lados: Santa Bárbara, ampliación de Canalejas, Residencia, Cortadura, La Laguna y lo proyectó en la plaza de la Catedral y bajo el Mercado. Hizo una nueva Avenida de cuatro carriles y se gastó 500 millones en un nuevo puente para que los coches llegaran con más facilidad al centro. Todo para promover el uso del vehículo privado. De hecho, salvo el catamarán , nada se hizo para fomentar el transporte público. Cuando comience a funcionar el tranvía, si llega el día, será la segunda actuación en el transporte público para el ámbito de la Bahía. En la ciudad el único cambio ha sido el carril bici, porque el actual equipo de gobierno ha seguido poniendo aparcamientos en superficie (Punta, Muelle Ciudad y Muelle Pesquero, Carretera Industrial, Estación...), a la espera de a ver si en ocho años son capaces de hacer un pliego para modernizar el servicio de autobuses urbanos. Si se han formado atascos este verano es porque la ciudad no da más de sí.

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