Cada día es más difícil preparar una comida de Navidad. Hace unos años tú ponías encima de la mesa un platazo de gambas con coral y otro de jamón bien veteado y la gente se tiraba a las fuentes con más velocidad que Rafa Nadal lanza una pelota en el tenis. Durante unos minutos solo se oía a Matías Prat leyendo el telediario sobre un concierto de chupeteos de cabezas de gambas.

Pero ahora para preparar una comida de Navidad hay que negociar más que Pedro Sánchez para formar gobierno. Mi Jennifer se me ha hecho vegana y me ha dicho que ella solamente acepta sentarse a la mesa ese día si el plato principal es brocoli al vapor y que para comérselo antes tiene que ver los papeles del brocoli para comprobar que no se le ha maltratado el tallo durante su crecimiento...porque eso le produce estrés al brocoli y le perjudica a su karma...Po te voy a poner karma en tomate le dije yo a la niña en plan de broma...y la joia se encadenó a la lámpara del salón en señal de protesta.

A mi Juan le han sacado alergia a los cefalópodos y ahora se hace el pulpo a la gallega con rodajas de rabanitos con lo que también he tenido que renunciar a mi aperitivo estrella que me enseñó una gallega cuando hice el camino de Santiago en patinete eléctrico...siempre he sido un adelantado a mi tiempo.

Mi sobrino Quinito, que se comía hasta las pirámides de Keops a bistelitos, se ha metido en una asociación que defiende la libertad de las cabrillas y los bichos de concha y no está dispuesto a que haya sobre la mesa ni mejillones, ni berberechos. Le he dicho que en vez de almejas a la marinera, voy a servir latillas de quintos de cerveza rellenas de lonchitas de palitos de cangrejo...y así no lesiono los derechos de los bivalvos.

La tía Marceli que tenía la pobre mía más azúcar que el mazapán de un turrón de Cádiz, ahora le han diagnosticado también alergia a los picos integrales…¿No le podían haber diagnosticado alergia al pan Bimbo?

Mi cuñao Armando se ha hecho de Vox y dice que él es tan macho que en su vida hará "una dieta blanda", que sólo quiere rabo de toro, muchos huevos y criadillas...así está hecho un cochino...ibérico.

La Maricarmen, la hija de Pepi, se ha hecho culturista...no es que se dedique a la cultura, sino que levanta pesas de grandes como las bolas que tienen delante los leones de las Cortes. Tiene los brazos igual de gordos que las torres que aguantan el puente de La Pepa. Sólo come pechuga de pavo...al vapor. Ve una papa frita y le da una crisis de ansiedad.

Les he mandado a todos un "guasa" diciendo que me he declarado "freidoriano" así que plantaré ese día un gran cartucho de choco, adobos y ruedas en la mesa y a ver quien es capaz de manifestarse "intolerante" a eso...ni Greta Thunberg

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