La gran vencedora de la última edición de la guía Michelin en la provincia de Cádiz ha sido El Puerto de Santa María. La ciudad ha ganado una nueva estrella Michelin, de la mano de un restaurante de lo más original, que no se parece a nada ni a nadie, como Toqha, y también, aunque el galardón fue adelantado hace unas semanas, con el estreno en el apartado de Bib Gourmand (sitios buenos para comer a un precio más asequible que los sitios con estrella) de Berdó, un establecimiento que también coincide con Toqha en su originalidad, y que tampoco se parece ni a nada ni a nadie.

De alguna manera El Puerto de Santa María parece que empieza a recuperar el liderazgo en la gastronomía de la provincia, un galardón que tuvo merecidamente a finales del siglo XX y que se basaba en la calidad de sus mariscos y pescados.

En la actualidad la guía Michelin nombra a cinco establecimientos de esta ciudad, que es la que más estrellas tiene en la provincia, aunque tres sean de Angel León. Estas cifras tan sólo las supera Jerez, que tiene hasta ochos sitios citados en la publicación, y las iguala la ciudad de Cádiz que también tiene cinco michelinados.

Hay otro hecho a resaltar y es que todas las comarcas de la provincia salen en la guía, lo que implica que la calidad no es una anécdota sino algo que se extiende por la zona. Especialmente significativo me parece lo de la Sierra de Cádiz, que tiene dos establecimientos en la guía, el Mesón Sabor Andaluz de Alcalá del Valle, que a mi humilde juicio merece más que un Bib Gourmand, y La Tarara, otro proyecto que promete mucho en Olvera.

El rasgo común, que nos debe enorgullecer, es que todos los establecimientos basan su oferta, mayoritariamente, en los productos gaditanos, y los jereces, que son nuestros vinos, están también muy presentes en sus cartas. Esto demuestra también la cohesión del movimiento, que no es cosa sólo de bares sino de una defensa del producto con artesanos que tienen mucha culpa de todo esto.

Para El Puerto de Santa María esta noticia es muy importante porque supone que esta ciudad vuelve al fin a confiar en sus posiblidades… que son muchas. Da gusto volver a ver esa calle Misericordia y la Ribera del Marisco a rebosar de gente. Esto merece un brindis con una copita de Cacao Pico y unas tejas de El Puerto… otros dos tesoros de la ciudad, aunque no salgan en la guía del Cararueda.