Punto de vista

josé Ramón / del Río

Las claves se agotan

PESE a mi provecta edad, hago uso constante del ordenador. Mi única limitación es que, luego de haber aprendido a escribir a máquina con el llamado método ciego, mediante la repetición incontables veces de la frase "Hoy veo la pequeñez de gasto en kilowatios, extraordinariamente bueno, factible de mejora", que sin ser lo mejor que se ha escrito en nuestra lengua, tiene la virtud de contener todas las letras del abecedario, por falta de práctica no llego a poder escribir un texto, incluso tan breve como el que usted está leyendo.

Pero, por lo demás, manejo con frecuencia el ordenador, con el asombro y el agradecimiento de disponer, en un mínimo espacio y por poco dinero, de todo lo que se contenía en aquellas inmensas bibliotecas de Alejandría o en nuestra Biblioteca Nacional. También lo uso para reservas, para el pago de servicios y para realizar operaciones bancarias.

Naturalmente que esta facilidad de uso ha traído consigo que para que las operaciones sean seguras, sin que un pirata informático haga como Salander en la obra de Milenium, se establezcan una serie de claves. La medida no ofrece más que parabienes, porque sin unas transacciones electrónicas seguras nadie las usaría. Lo que ocurre es que, como cada clave tiene unas exigencias diferentes, no se puede repetir la misma. Evidentemente, no es difícil inventar una clave; lo difícil es recordarla. Una vez que uno agota la del nacimiento, la de tu esposo o esposa, la de tu boda (muy útiles ambas para no olvidarlas) y la del nacimiento de tus hijos (que en mi caso da para mucho, porque son siete) tendrás que empezar por la de los nietos y la imaginación te empieza a flaquear.

Evidentemente la primera preocupación es apuntar la clave en una libreta y la segunda es no perder esa libreta. Si están todas en la misma libreta, cualquiera te dirá que la seguridad está en peligro, pero una libreta para cada clave te puede equiparar al número de volúmenes de las bibliotecas clásicas. Supongo que el que la clave sea tu ADN debe ser algo complicado y costoso, pero se me ocurre que la huella dactilar estampada en la pantalla del ordenador podría servir. Pero ya saben que, según el dicho "a Seguro, lo llevaron preso"; si no, no se explica cómo a la estanquera alemana le pagaron con un billete de treinta euros y dio la vuelta.

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