Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

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Cataluña es una excepción, puede dar un golpe de estado, puede gastar dinero en actuaciones ilegales, que se le perdona todo

Comprendo a la perfección el cabreo de la chica de Cádiz que cuando va a opositar en el sistema de salud catalán le exigen un C1 de esa lengua cuando los propios catalanes pueden concursar en Andalucía sin ninguna exigencia extra. Encima el catalán es una lengua que no sirve para nada ya que todos los catalanes saben español, aparte de que hablan catalán tan solo unos pocos (cuatro o cinco millones), insignificantes comparados con los 600 millones de hispanohablantes del mundo. Para las autoridades catalanas debe ser importante, ya se sabe lo que dijo George Brassens: "todos los imbéciles felices son de algún sitio". Por si fuera poco en Cádiz nos disponemos a celebrar la lengua española bajo los colores rojo y amarillo, para desolación de nuestros gobernantes locales que cuando cantan el himno de Andalucía evitan decir la palabra España, que no debe tener prestigio para ellos, confundidos con los desdoblamientos del lenguaje . En todo caso, no me parece nada especialmente problemático. Lo que sí es grave es que se impida a los niños matriculados en colegios catalanes recibir enseñanza en español y hasta hablarlo en el recreo. Eso es fascismo en estado puro. Una especie de apartheid para los hispanoparlantes, más de la mitad de la población de Cataluña. El gobierno catalán incumple una tras otra todas las resoluciones judiciales que obligan a impartir un porcentaje de las clases en español si así lo demandan los padres. Es curioso que en EEUU se pueda estudiar una parte de las asignaturas en español en según qué estados pero haya zonas de España donde los hispanohablantes estén marginados, con la complicidad del gobierno de turno. Los partidos independentistas catalanes parecen tener bula para saltarse las leyes, porque saben que al final si hace falta se las cambian o les perdonan sus delitos, para incumplir las resoluciones de los tribunales con todo tipo de argucias. Aquí andamos con centros bilingües español-inglés mientas en Cataluña andan con la pureza racial y lingüística. Hasta en el País Vasco hay recorridos educativos según se quiera la enseñanza en euskera, en español o mixta. Pero se ve que Cataluña es una excepción, pueden dar un golpe de estado, pueden gastar dinero público en actuaciones ilegales, que luego llegará el Gobierno y lo perdonará todo. Ante ese panorama, que una opositora tenga que saber catalán no me parece un drama. También debería saberse la Constitución, el Estatuto de Autonomía y, lo que es más importante, tener los conocimientos sanitarios para atender a los pacientes en el idioma que sea, que al final era de lo que se trataba. Al final los sanitarios españoles preferirán irse a Inglaterra, al tiempo.

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