EL ALAMBIQUE

Enrique / Bartolomé

Santo Domingo

NO es la primera vez que traigo a estas líneas un asunto relacionado con el Instituto Santo Domingo. Aquellos que me conocen saben que una de mis debilidades es la defensa de todo lo nuestro. De aquello que ha ido configurando lo que El Puerto es en la actualidad. Del antiguo convento de Santo Domingo casi todo se ha dicho o se ha escrito. De su historia, de su arquitectura, de su significado en cuanto a la educación y a la cultura. Desde el año 1953 hasta la fecha, mucho ha llovido. Generaciones enteras de portuenses pasaron por sus aulas y dieron a este rincón del casco histórico ese toque educativo y cultural de cualquier centro educativo que se precie.

En esta ocasión traigo a colación este instituto por los últimos acontecimientos. Me refiero a la situación de abandono en el terreno educativo. Un buen numero de padres decidimos que nuestros hijos continuasen sus enseñanzas en este vetusto edificio. 44 arriesgados padres, para más señas, solicitamos su matriculación en Santo Domingo y tan sólo 18 fueron admitidos. El resto han sido reubicados en SAFA o Muñoz Seca.

Por única explicación hasta la fecha, que tan sólo se ofertaban 3 plazas para Ciencias y 15 para Humanidades. Incomprensiblemente los sesudos planificadores de educación decidían que este Instituto ofertase como máximo para el presente curso académico ½ grupo de ciencias y ½ de humanidades.

¡Sí, como lo leen! Medio grupo de cada línea de bachiller. Oferta ridícula. No se les pasó por la cabeza que en las inmediaciones del instituto existen dos colegios concertados, y que de ambos salen cada año unos 60 alumnos de la ESO. En años anteriores sus hermanos estudiaron en Santo Domingo. Pero eso, al parecer no importa mucho. Ni tampoco que sus residencias se encuentre a dos pasos del único instituto del centro. Como consideramos lógica nuestra postura, es decir la de solicitar tan sólo que se amplíe ½ grupo de ciencias y ½ de humanidades, los padres nos hemos unido y estamos batallando por resolver el problema.

Existe comprensión en los responsables locales, que tienen algo que decir. Queremos conseguir con el diálogo y con la razón, que creemos nos asiste, que nuestros hijos estudien en Santo Domingo. Ni más, ni menos.

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