Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Populismo gaditano

Desde luego la izquierda gaditana no volverá a tener jamás las dos terceras partes de la Corporación

No sé muy bien qué es más importante: por un lado Ramoni ficha por Martínez Ares y por otro Ramoní se reúne con Ismael Beiro. ¿Ramoni o Ramoní? ¿Cuál es más importante? Ojo con la tilde. Mister Campari es ahora diputado en el Congreso, se sienta en lo más alto, para salir al bar sin que se note, donde ya tendrán lo que le gusta al que fuera gran director provincial de la Agencia Andaluza de Vivienda y presidente de Aguas de Cádiz. Er Dortó le dijo a Beiro que se presente a las municipales y así, llegado el caso , podrían unir los votos para que hubiera un alcalde del PP. Dicho y hecho, el Gran Hermano se presenta, según parece por los andalucistas, aunque él quiere "un proyector trasversal", que no se sabe muy bien qué es. Dados sus elogios a Feijóo y a Juanma Moreno me da a mí que "trasversal" traducido resulta de derechas, sobre todo si su idea de ciudad es promover la construcción de rascacielos en el saco de la Bahía para hacer de Cádiz una especie de Benidorm cañí. Se empieza contando chistes en la telerealidad y se termina de campaña. Decía el gran Emilio López que cada vez que veía a alguien decir "por Cádiz" se llevaba la mano a la cartera. En Cádiz hay un núcleo de voto populista que primero apoyó a Carlos Díaz, luego a Teófila y después al Kichi, el voto del gadita reconcentrao, que cantaban los Guatifó, reflejo de Las Tres Cés del Cádiz profundo. El voto cadista, cofrade y carnavalero que tuvo Adelante Cádiz y que como las golondrinas, ya no volverá, sea quien sea quien se presente al frente de la coalición formada por el Viejo del Sombrero y la alegre muchachada de Teresa Rodríguez. ¿Cuánta gente son el voto populista de Cádiz? Pues no se puede saber, claro. Desde luego la izquierda gaditana no volverá a tener jamás las dos terceras partes de la Corporación, como ocurre ahora. Por decir algo, digamos que son unos 4.000 que se mueven en función de esos mensajes simples tipo "esto lo arreglo yo en cinco minutos" o cualquier frase tradicionalista y de las JONS. Ahí se mueve Beiro como pez en el agua, en listas sin ideología, con ideas simples, el famoseo debe tener bulo. Ya puestos, El Gran Hermano podría fichar a Mágico, a cualquiera de los de la Eterna Banda del Eterno Capitán que tengan todavía el dedo señalando al techo del Falla, a un cofrade del entrañable velatorio denominado Último Tramo y a otro del sector talibán, para compensar, Cádiz es dual para las más rancias tradiciones. El único problema es que el voto populista se puede dividir entre Beiro y Belgrano, cuya principal propuesta, por ahora, es la playita de la Punta de San Felipe. A la espera de si el Club Náutico promueve una candidatura independiente de la clase media aspiracional.

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