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Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Palomada popular

Es el gran complejo con el que tratamos a estos animales. Lo suyo es capturarlas y eliminarlas

Las palomas tienen un prestigio que no se corresponde con lo que dejan en las ciudades, en la mayoría de los casos suciedad y enfermedades. Son una especie de ratas con alas que cuando alcanzan un número desproporcionado se convierten en agresivas. En el Antiguo Testamento Noé soltó una paloma después del Diluvio, era el símbolo de la diosa Afrodita , con la llegada del cristianismo representa a esa creencia tan extraña llamada Espíritu Santo. Luego se convirtió en símbolo de la paz hasta el punto de que dos comunistas connotados como Picasso y Alberti las usaron a menudo. Quizás este sea el motivo por el que en las ciudades no se acomete el problema de la superpoblación de estas aves como se merecen , incluso nadie es capaz de recriminar a los descerebrados que les dejan comida. ¿Alguien se imagina que algún ciudadano alimentase a las ratas y esa actitud se viera como algo entrañable? Pues lo mismo podemos decir con las palomas. Por si fuera poco, desde la llegada de Podemos al gobierno de la ciudad no se ha adoptado ninguna decisión sobre el asunto, como ocurre en otras de las llamadas pomposamente Ciudades del Cambio, donde tienen problemas similares. Debe ser que como somos ciudad amiga de los animales no pueden venir circos, no puede haber coches de caballos ni celebrar corridas de toros, tampoco se pueden adoptar medidas para reducir la población de palomas. A mí ya me parecía un poco raro esa milonga de que se iban a capturar palomas para soltarlas en el campo, cerca de Valencia decían. De la misma forma que me parece una gran pamplina esterilizar palomas a través de pienso que se les va a suministrar. Es el gran complejo con el que tratamos a estos animales. Lo suyo simplemente es capturarlas y eliminarlas. Eso que Purita González de la Blanca llamó en su día el Exterminio Nazi de las palomas, el Holocausto Palomil. Ese mismo complejo que tuvo Carlos Díaz cuando aseguró que se iban a recoger palomas para entregarlas a los comedores sociales de la ciudad al objeto de que sirviesen de alimento, lo que llevó a Carmen Morillo a escribir un famoso artículo "Palomada Popular" que tendría lugar en la calle de Bahía Blanca donde vivía el alcalde. Como se ve no es un problema nuevo. No digo que se eliminen a cañonazos, como hizo el añorado Paco Vivas con los estorninos pero no entiendo cómo se pueden matar ratas y no se puede hacer con las palomas. En el Terraza las ahuyentan tirando una bandeja al suelo, cuando empiezan a ponerse pesadas, aunque asustan más a los clientes que a las aves.

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