DE todos los sentidos que tenemos los seres humanos, casi ninguno es diferente de los que pueda tener cualquier mamífero, si exceptuamos el sentido del ridículo. El ridículo, es ese sentido especial que solo tenemos, hasta que no se demuestre contrario, los humanos. El sentido del ridículo te hace respetar algunas situaciones donde te sientes especialmente incómodo y una vez instalado en ese sentimiento, no pasará mucho tiempo hasta que se empiece una conducta de evitación de esas situaciones embarazosas. Un ejemplo de huida por motivo del ridículo es, o no saber hablar un idioma o hablarlo mal. Cuando se supera ese sentido del ridículo y te lanzas a la aventura lingüística, te vas dando cuenta que las cosas son diferentes, nadie se va a reír de ti porque no te manejes perfectamente o medio decentemente en un idioma que no es el tuyo. Algo así parece haberle pasado a nuestro presidente Zapatero en la última reunión de la OTAN. El presidente, por lo que revelan las cámaras de la televisión, se muestra retraído, alejado de los otros asistentes por no saber hablar inglés. Seguro que el presidente de inglés sabe algo, pero su sentido del ridículo le hace ser prudente, y elige el alejamiento. Pero, lo que digo de Zapatero, es aplicable también a los anteriores presidentes, solo aquellos que superaron la timidez y el sentido del ridículo fueron adelante con sus contactos políticos. Según he leído recientemente en un reportaje titulado ¿"Por qué nos cuesta tanto a los españoles hablar inglés"?, solo Leopoldo Calvo Sotelo se defendía y parece que bastante bien en inglés. Los españoles arrastramos un retraso lingüístico considerable en el dominio o manejo del inglés. Echarle la culpa a la dictadura de esto es ridículo, como he leído en algún sitio. Más bien es debido a una falta de cultura lingüística extranjera principalmente en los medios de comunicación. Doblar las películas es un error, doblar las entrevistas en inglés es otro error. Cuando digo a mis alumnos que tal o cual cosa la pueden leer en tal o cual sitio en inglés, se echan las manos a la cabeza. Algunos, según me comentan, sacaron casi un 10 en inglés en la selectividad, algo falla entonces.