Editorial

Kichi lleva a sus socios al límite

La formación de Vila no esperaba que el populismo del alcalde, que le invita a aplicar las normas a la carta, también se volviera en contra de sus intereses

La aplicación de la ordenanza de las terrazas de hostelería ha provocado una crisis de imprevisibles consecuencias en la coalición del gobierno de Cádiz. Le ha bastado a los autónomos con advertir de que sólo en La Palma se ponen en peligro unos cien empleos, para que Kichi se preste a negociar una solución pactada en exclusiva con ellos, dejando a sus socios polìticos en evidencia. No sólo abusa de su posición, sino que en paralelo ha desautorizado a Martín Vila sin inmutarse. La reacción del líder de Ganar Cádiz, tantas veces sufriendo el desgaste y los desaires en silencio, ha sido la más sonada que se recuerda porque no esperaba que la manera tan populista de Kichi de ejercer la política se volviera también en su contra sin escrúpulos.

De esta suerte, la formación de Vila ha denunciado algo que no deja de ser muy grave, que Kichi ha cedido a las presiones de los negocios de la emblemática calle de La Viña "porque se trata de su barrio". Y esto no sólo refleja un atropello contras las reglas del juego democrático, sino que señala una torpeza colosal, porque desde que se inició el polémico proceso de negociación de esta ordenanza, el objetivo parecía estar claro para todos, más allá de que la norma pudiera contemplar excepciones. Por todo ello, Ganar Cádiz acusa al alcalde de aplicar la ordenanza a la carta, en vez de hacerlo en todos los barrios por igual, y también le recuerda que menosprecia a muchas asociaciones involucradas en la elaboración de la norma. Al igual que resultó oportunista que el PSOE se pusiera de parte de estos hosteleros tras apoyar la ordenanza, no deja de sorprender que ahora, cuando Vila lleva siendo el mismo desde que accedió al poder, el alcalde le acuse de ser excesivamente rígido, para así justificar su intervención directa en La Viña pidiéndole flexilidad porque "la gente tiene que comer". Si la norma -que conviene recordar que la impulsó él- no le gusta ahora, que rectifique y la cambie, porque parece que no tiene sentido ni para quien la aprobó. Las ordenanzas están para cumplirse igual que se cobran tasas e impuestos a todos por igual.

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