Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Jardines del Obispado

En el gobierno local actúan como si fueran los primeros en plantear el uso público de los jardines del Obispado

En la corporación 1995-1999 llevamos al pleno del Ayuntamiento en reiteradas ocasiones la expropiación o la adquisición de los jardines del Obispado para convertirlo en un jardín público cuyo acceso más directo se diera por la calle Circo. Tenía entonces y tiene ahora como única función ser patio de recreo de un colegio. Una vez tras otra se estrellaba la propuesta en la mayoría absoluta del PP pese a la fuerza del argumento de que una zona degradada y con escasos espacios públicos necesitaba un lugar de esparcimiento, eso que los finos urbanistas llaman esponjar el Casco Antiguo. Al poco comprendimos los motivos del PP: en la revisión del Plan General se cometió el disparate de convertir ese jardín en un aparcamiento subterráneo y edificar una parcela del mismo con la excusa de no sé qué funciones sociales, típica artimaña para ganar dinero. Meter un aparcamiento en un lugar así es invitar a los coches a transitar por calles estrechas en el mismo corazón del centro, a pesar de lo cual el disparate salió adelante promovido por la Iglesia con la complicidad del PP en contra de toda razón. Pasados los años se nos ocurrió un verano en la Asociación de la Prensa organizar un ciclo de debates y conferencias al aire libre aprovechando el buen tiempo. Le pusimos de nombre 'A la fresquita' y lo quisimos inaugurar en ese mismo jardín con un coloquio sobre la vida y la obra del periodista gaditano Félix Bayón, que acababa de fallecer. Solicitamos los permisos pertinentes al Obispado a cuyo frente estaba Antonio Ceballos, y gracias a José Carlos García Solano, gerente por aquellas fechas, y a Guillermo Domínguez Leonsegui, pudimos llevarlo a cabo, aunque el entonces vicario de la diócesis no resistió la tentación de dirigir unas palabras a los presentes para contar lo que la Iglesia quería hacer en el lugar. Debería haber pensado que si los ciudadanos empezaban a conocer el maravilloso sitio y a usarlo los políticos terminarían por actuar.

Ahora el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cádiz se mesa los cabellos ante la actitud del Obispado. Con el adanismo que les caracteriza actúan como si fueran los primeros en plantear el uso público de la zona con la diferencia de que el Obispado ya ha consolidado sus derechas gracias al PP, por lo que será complicado plantear lo natural para un espacio como ese: un jardín para uso y disfrute de los ciudadanos, sin coches y sin edificaciones. En algún momento llegará una empresa que le planteará a Zornoza el negocio correspondiente y se ejecutará.

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