"MALDITOS bastardos" es de esas nuevas películas que no podíamos ver en el Gran Cinema Madariaga, porque así se llamaba el antiguo y desaparecido popular cine de verano isleño. El título de esta exitosa película de Quentin Tarantino, protagonizada por el famoso Brad Pitt también podría aplicarse a otros acontecimientos recientes, pero los tiros no van de filmes, sino de algo más real, porque vergüenza y no ajena, sino propia es lo que siente uno al ver y sufrir algunos episodios recientes acaecidos en nuestro país. Desde que se constató de que en democracia a la española todo vale, tenemos que ser testigos directos e indirectos de sucesos carentes de toda lógica y lo peor es que en la mayor parte de las ocasiones afecta gravemente a los ciudadanos de a pie. Todavía colea (y va para largo) la gamberrada protagonizada por los "descontroladores" del espacio español; humildes trabajadores que por un jornal de pena (una media de casi dieciocho mil euros mensuales) tienen que soportar estresantes jornadas de trabajo y exponerse a las inclemencias del tiempo, a los vértigos de los andamiajes y a la tardanza en los cobros de sus salarios. Me ha llamado especialmente la atención la declaración televisiva de unos de estos insensatos y malcriados trabajadores, niños de papá, en este caso una, diciendo algo parecido a:"sniff (entre lágrimas) han entrado los militares, sniff, con pistolas y nos han obligado…y a mí, sniff, en este estado…" La señora en cuestión estaba embarazada y parece que no vio a cientos de niños, personas mayores, mujeres alguna como la también embarazada…tirados en las terminales de los aeropuertos, deshechos, entre llantos por no poder viajar para ver a sus familiares, tomar unas minivacaciones o pasar una luna de miel tras años de espera. Además, lo lamentable de todo está en la postura de la oposición, poniéndose del lado de los secuestradores y apoyando por tanto eso de de que todo vale en democracia a la española con tal de desprestigiar a los que en este caso de manera acertada y firme tomaron una decisión para restablecer, si es que estamos a tiempo, la gravísima situación y aliviar el gran daño ocasionado. Ahora parece que quieren rectificar ante las duras críticas recibidas, aunque creo que ya es tarde para ello.

En política, los que están en la oposición, sea a nivel nacional o local, deberían ser más responsables, porque no se trata de decir NO por sistema con tal de salvaguardar sus intereses partidistas y de pisar al rival. Señores, se trata de mirar y más en casos como estos, por el bien común (¡qué iluso yo a estas alturas!) y de paso que tomen nota también los opositores de este pueblo, que opositar no es desprestigiar por sistema, calumniar como norma al que está en el poder teniendo como objetivo el derribo del rival aunque sea a nivel personal. Se trata de oponerse con coherencia a lo que vean mal para San Fernando y mirar por el bien del pueblo, de ver lo mejor para la ciudad.

Que el guión de la película no debe ser atacar y atacar y de poner más zancadillas que en un partido de regional. Oposición no tiene por qué ser siempre tan indecente, porque pierden credibilidad y desconfianza en el ciudadano. Vamos, que al final es como el que escupe contra el Levante, pero conociendo el percal, no se le puede pedir peras al olmo. Creo.