Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Gozos y sombras

Hoy seríamos una ciudad de 200 mil habitantes en lugar de 115 mil, la densidad de población hubiera sido insoportable

Durante siglos Cádiz fue una ciudad portuaria, comercial, culta y cosmopolita, deriva de su condición insular. Era más fácil ir a La Habana que a Madrid, hubo largas épocas de la vida gaditana donde se hablaban idiomas diferentes, había teatros y óperas en francés o italiano, se imprimían multitud de periódicos, existían librerías de primer nivel. Cádiz era conocida en todo el mundo por ese carácter ilustrado. No solo en la edad de oro ,el siglo XVIII y primera mitad del XIX, sino que reverdeció en la época de los vapores correo. Luego inició una lenta decadencia donde pasó de Emporio del Orbe a la ciudad que hoy conocemos. En el siglo XX dos hitos han transformado la idiosincrasia gaditana: el puente y la autopista. El puente, empeño del alcalde José León de Carranza, luego duplicado en época de Teófila Martínez, supuso el traslado de lo que quedaba de la burguesía gaditana a Vistahermosa, continuado después por la marcha de clases medias al Novo y de clases populares a San Fernando y Puerto Real. Hoy seríamos una ciudad de 200 mil habitantes en lugar de los 115 mil, la densidad de población hubiera sido insoportable.

La autopista nos acercó a Sevilla con lo que se sevillanizaron las costumbres. Cádiz nunca tuvo feria, ahora los gaditanos más sandungueros no se pierden las de Sevilla o Jerez. En Cádiz cargaban los pasos de Semana Santa al estilo de los estibadores portuarios, ahora hay una profunda corriente para sevillanizar las procesiones (por mí como si los llevan a ruedas o no salen de sus templos). La irrupción de Canal Sur con su programación folklorista y cateta ha provocado un efecto emulación: entre unas cosas y otras la caspa se propaga por la ciudad como un virus. Ahora se ha cumplido el 50 aniversario de la inauguración de la autopistas mientras se piensa en aumentar el número de carriles porque desde su liberación se usa más, por lo visto los conductores no podían pagar 7 euros por trayecto. Cádiz pierde identidad entre unas cosas y otras. Chirigotas de Sevilla y de Chiclana se adueñan del concurso con ese humor más propio del Caricato de Dos Hermanas que el estilo gaditano que tenían Morera, Yuyu, Selu y El Gómez. Tan solo el Cossi y el Gago en el cuarteto o las callejeras de Las Niñas, Airon o el Perchero dan con la clave de lo que fue el doble sentido. Con decir que en el Falla se hizo famosa una gachí por decir "cómeme el coño" replicado por el feminismo cateto de alguna agrupación sin gracia ni repertorio.

Se ha puesto el empeño para revertir la situación con actuaciones como el Congreso de la Lengua como se hizo con el Bicentenario, a ver si reacciona la ciudadanía de una vez, Rodicio lo ha dado en titular "América vuelve a casa".

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