El Palillero
José Joaquín León
Navidad de la Esperanza
POR culpa de este último payaso, Jose González verá hoy el partido como un aficionado más. El Cádiz despidió a Vidakovic pero como el serbio no ha cobrado todavía lo que le corresponde pues el banquillo está huérfano. Desde la directiva cadista no dejan de comentar las trabas que está poniendo el abogado del ex entrenador para rescindir su contrato pero aquí, como en tantos otros sitios, no hay excusa. Si el Cádiz, al igual que cualquier otra empresa, rescinde un contrato toca pagar hasta la última de las antiguas pesetas y entenderán ustedes, yo al menos sí lo veo, que no está la cosa en el Cádiz para cobrar a plazos. Yo, sinceramente, no lo haría. Algunos pagarés de equipos de fútbol, no solo el Cádiz, llevan la palabra "YA" delante de "PAGARÉ", lo que confiere una fecha incierta de cobro a ese "YA PAGARÉ". Como el gremio del chándal ya lo sabe, es normal que se exijan garantías y el Cádiz actual no ofrece demasiadas.
Lo siento por la gente que está ahí, pero el Cádiz se ha convertido en un circo. Y ojo que no estoy hablando de que no se hayan hecho bien algunas cosas en estos años, pero ahora la cosa está rozando las tres pistas con elefantes, leones, trapecistas y payasos. Qué triste. Y lo peor es que los de las alturas están en el trapecio sin red y el más mínimo carajazo puede suponer una auténtica tragedia. Y algún día va a pasar. Créanme.
Con este panorama a uno no le queda la más mínima gana de hablar de lo deportivo. Esto es la pescadilla que se muerde la cola. Una racha positiva de resultados solo va a conseguir enmascarar lo que hay detrás, lo de oficinas para adentro. A mí me gustaría, como cadista, que el equipo fuese hacia arriba, claro que sí, pero el caos institucional no puede durar ni una semana más. El Cádiz se está muriendo, así de claro. No es que el fin de semana pasado por agua me haya vuelto pesimista, no, es que esto es un barco a la deriva a la espera de estrellarse contra una roca. Es que esto no es serio, señores. Un entrenador esperando tres semanas a sentarse en un banquillo. Si no hay dinero para cesar a nadie pues no se cesa y si lo hay pues adelante. Pero volvemos a quedarnos en un querer y no poder.
Jose González está mostrando su faceta más diplomática en este asunto. Respeta a Vidakovic porque sabe que está defendiendo lo suyo, pero la procesión tiene que ir por dentro.
Muñoz y su gente tienen que vender ya o será demasiado tarde para que alguien se acuerde de las cosas buenas que, sin duda, también han hecho. Desde luego nadie nos garantiza que lo que venga sea mejor, pero ¿por qué no probamos?. Si yo fuera el máximo accionista haría tiempo que lo hubiese dejado. A lo mejor, con el tiempo, las cosas seguirían igual de mal y yo saldría a decirle a la gente: "A ver si ahora sigo yo siendo el malo". Pero claro, para eso hay que tener ganas de irse y por el palco de Carranza parece que no existen esas ganas.
Pues nada, suerte para esta tarde a ver si salimos del limbo deportivo, porque del directivo no nos salva nadie.
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