El balcón

Ignacio / Martínez

Contador a cero

LEO que Susana Díaz pide a los críticos de su partido que pongan el contador a cero. Podría pedirlo a todo el mundo, propios y extraños, para que cesen los elogios desmedidos y las críticas feroces. No es que aquí no haya pasado nada, sino que ahora la nueva presidenta debe demostrar su valía con los hechos. El primero, nombrando un Gobierno de categoría con consejeros de gran capacidad para ejercer sus responsabilidades. Esta tarea le será más difícil que el debate de investidura, con un solo grupo en la oposición, por mucho que sea el más numeroso, que tiene un jefe sin vocación alguna para el cargo. El Gobierno que designe, con las personas y sus cargos, será el primer examen verdadero de la nueva jefa del Gobierno andaluz en ejercicio.

Otra tarea que tiene difícil es acabar con la extraordinaria polarización que genera su persona en la opinión pública. Este encono, que recuerda el que provocaba Aznar, no suelen producirlo los dirigentes integradores, capaces de erigirse en líderes del conjunto de la sociedad, tanto de quienes les votan y son seguidores fieles como de quienes no les votan, pero les respetan. Ha resultado muy singular la catarata de reproches que ha suscitado su designación desde la cúspide y la consiguiente aclamación por la nomenclatura partidaria. Pero también han sido notables las cantidades ingentes de algodón de azúcar que le han dedicado desde los aledaños del poder. Es sorprendente que haya sobrevivido al peso de tanta adulación.

Y ahora empieza el trabajo de verdad. Estamos en la región con la tasa de paro más alta de Europa, en la que ha habido grandes progresos en las tres décadas de autonomía, ¡como en todas las demás regiones de España! Pero el PIB per capita andaluz sigue hoy a la misma distancia de la media nacional que estaba en 1982. Incluso regiones muy atrasadas como las portuguesas del Algarve y el Alentejo llegaron a alcanzar e incluso superar a Andalucía en producto regional bruto por habitante. Así que no hay mucho de lo que presumir, si nos comparamos. Y no se han propuesto en el debate de investidura grandes ideas novedosas.

En todo caso, ha pasado el momento de la batalla dialéctica y llega el de la expectación. Quién entra o sale del Gobierno, cuál es su nuevo organigrama, qué proyectos podrán encararse con los escasos recursos de los que se dispone, qué ajuste se hará en las plantillas de la administración paralela... Para todo eso el contador está a cero.

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