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Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Clavelitos

La Junta no hará el traslado de Educación a Valcárcel, ni el hospital, ni la ciudad de la justicia, asuntos sin importancia

Decía el añorado José Pedro Pérez Llorca que en España había unas 200 mil leyes y normas variadas. Ya se sabe, cuántas más leyes, menos se cumplen. Estamos locos por crear nuevas para que al final, cuando se aplican, regalamos a los delincuentes un indulto(perdón por meter aquí la morcilla). Ahora el ministro de Universidades quiere sacar una ley que regule la vida de los alumnos , incluso las novatadas. En lugar de acabar con la endogamia, con la proliferación de universidades privadas, con las entidades que regalan títulos de los que se beneficia la clase política, vamos a organizar las novatadas , es un clamor popular, los 47 millones de españoles estaban a la espera. Digo yo que se podía incluir en la ley el final de las tunas, ese engendro arcaico y machista que atronaba los colegios mayores hace años. En los 80 se creó en la Facultad de Medicina de Cádiz el Comité Anti Tuna, CAT, con su brazo armado, el CATAPÚN, uno de los inductores fue el líder de la delegación de alumnos, Ramón Gutiérrez Toscano, al que llamó Fernando Quiñones "el eterno estudiante de Huelva", cuando el agrio debate sobre si la UCA debía abrir un campus en el Río San Pedro, que defendía el difunto rector Romero Polanco y al que se oponía, con mejor juicio, el escritor. Es posible que en Cádiz, cuyo único colegio mayor era el Beato Diego, no hubieran proliferado las novatadas que se daban en el Colegio Mayor Jorge Juan o el Chaminade , ambos de Madrid, donde iban los estudiantes gaditanos, unos por ser hijos de oficiales de la Armada, otro por estar vinculados al colegio San Felipe. En aquellos colegios mayores sí se organizaban grandes novatadas, algunas crueles, pero no conozco el caso de alumno alguno que tuviera un trauma por ello. Nos hemos convertido en una sociedad infantilizada donde nadie quiere correr el menor riesgo ni asumir ninguna responsabilidad. Todo blandiblú, con menos peligro que el pescao en blanco. Sugiero al ministro Castell (un ministro del Gobierno de España partidario de la independencia de Cataluña, por paradójico que parezca) que si se va a poner a convertir las universidades en unos lugares de confort, paz , sosiego, que ya puestos acabe con las capas con escarapelas, las bandurrias, el Clavelitos, las panderetas, el resto de tonterías con el que los machitos de antaño se paseaban ligándose a las niñas. No basta con acabar con los que copian, si uno se pone, se pone. La búsqueda de la excelencia, la investigación y la formación la dejamos para otro momento. Mientras tanto la Junta no hará el traslado de Educación a Valcárcel como no hará el nuevo hospital ni la ciudad de la justicia, asuntos sin importancia, ni siquiera en la próxima generación .

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