Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

YO, sin ir más lejos, animo al alcalde a que siga trayendo niños al mundo. Dada mi edad provecta empiezo a preocuparme por quién va a pagar mi pensión, sobre todo porque no entra dentro de mis planes morirme. El alcalde es una especie de Alberto Closas del mundo moderno, tiene ya cuatro churumbeles de dos madres diferentes. Tanto él como Teresa Rodríguez están en edad fértil y dado que ambos tienen como profesión algo tan cómodo como profesor de instituto, se pueden permitir una familia al estilo la de la célebre película . Se trata, llegado el caso, de mudarse dentro del Barrio de La Viña, faltaría más, a otra vivienda más grande según creciese la prole. Por ahora el alcalde puede sacarse el carnet de familia numerosa (Teresa no) y beneficiarse de los descuentos establecidos por las leyes, comprarse un monovolumen como cualquier neocatecumenal o supernumerario del Opus. Cuando pase la cuarentena (la del parto, no la del virus) a echar el ratito. Además, podría cogerse otra baja de 12, 16 o 20 meses, que todavía no me he enterado muy bien, no sé si se acoge a su condición de profesor, a la de diputado provincial (que es de donde cobra) o de alcalde , que es donde dedica su tiempo. Un galimatías para que un graduado social (¿Pepe Blas?) lo estudie o que la cosa llegue al más famoso de los jueces de los social de Cádiz, ese que maltrata a todo el que le rodea. A mí me dieron dos días cuando nació mi hija, lo que ha progresado España, tenemos los derechos de Suecia y los impuestos de Marruecos.

Tengo para mí que el alcalde seguirá desde la cocina de su casa con el portátil, las videoconferencias, el chat en Telegram del Equipo de Gobierno, el otro chat del Núcleo Motor o como se llame donde están Barcia y los que de verdad mandan además de las vulgares llamadas de teléfono. Podía haberse puesto firma electrónica para no tener que cedérsela a Demetrio Quirós, uno de los tipos más raros de la política gaditana, más oscuro que el sobaco de un grillo, Ala de Cuervo, cuya vida y opiniones desconocemos. Ya nos habíamos hecho a José María González, a su habla popular, al tipismo según Juancho. Conocíamos sus puntos de vista, sus gustos, sus aficiones, su forma de expresarse. Vamos a echarle de menos. Espero que no se pase el día entero con la sudadera celeste con la que se pasó el estado de alarma, que renueve el armario. No nos va a importar verle en plenos telemáticos con sus niñas en brazos, dándole el biberón a Aurorita , cuidado de no marcarse "un Merlos". Eso sí, lo mejor que haría es decirle a su pareja que cuente hasta diez antes de escribir en Facebook esas maldiciones tipo Zagarramundi , patio de vecinos de Pericón de Cádiz o bingo en La Caleta. ¡Por mi Kichi maa…to!

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