SOY un tío tan vulgar que pertenezco a ese tipo de hombre tan español, pausado y pacífico (calzonazos nos llaman algunos, supongo que con acierto) que jamás pierde los nervios... excepto ante un manual de instrucciones de Ikea. Creo que Podemos (en el catálogo tan felicitado sólo pone 'Podemos' por la sencilla razón de que los comunistas de Unidos tampoco aguantan ir a Ikea; no nos engañemos, Ikea es socialdemocracia en estado puro) ha realizado un guiño al público femenino, que aún no se lo tienen ganado, según el CIS. Pero quizá no han medido la merma que esta chistosa y original propaganda puede tener entre sus seguidores masculinos. Y sí, hay hombres muy femeninos que disfrutan ante un papelote jeroglífico y una llave Allen (¿se llama así?), pero eran esos chicos que con el Exin Castillos te hacían una base lunar. La mayoría sólo sabíamos jugar a las chapas y el Exin Castillos era el juego más aburrido del mundo. Además, relacionar un programa electoral con un mueble que tienes que construir tu mismo da, como mínimo, reparo. Si es imposible que un hombre español levante una Bily que se sostenga derecha, cómo narices vamos a enganchar las piezas de la nueva fiscalidad.