Por fin! Ya hemos sobrepasado el Domingo de Pasión, cuando se pregonó nuestra Semana Santa desde el Gran Teatro Falla. La semana más larga para los cofrades y la más importante para todos los cristianos, sean cofrades o no. Es la semana recordatoria de la celebración de la vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.

En poco tiempo, el próximo Viernes de Dolores, se abrirán las puertas de San Lorenzo y saldrá la primera hermandad, antesala del Domingo de Ramos, donde eclosionarán en la calle nuevamente desde toda la ciudad las cofradías de Cádiz, acabando con la procesión del Resucitado en la Pascua Florida.

Cádiz en una semana revivirá, un año más, un escenario de fe, tradición, cultura andaluza e historia de la ciudad. La Semana Santa comienza para cada una de nuestras hermandades al realizar su función principal, acto de mayor relevancia interna y que es origen y fundamento de la estacion de penitencia ( procesión), liturgia y catequesis callejera. En conjunto, las hermandades la iniciamos el primer lunes de Cuaresma con el vía crucis en la Catedral.

La Semana Santa es el reflejo del trabajo de cada una de las corporaciones penitenciales en un año, de mucho trabajo voluntario y gratuito, de muchos hermanos y hermanas, desde labores de caridad a la de administración y tesorería, desde las mayordomías a las fiscalías, de todos los hermanos y de una forma desinteresada por el amor a Cristo.

Esta semana tiene su centro preferencial en lo que va arriba de los pasos, las escenas evangélicas de Jesús de Nazaret y de su Madre en las diferentes advocaciones; todo lo demás es subsidiario, subordinado, accesorio, estando su función en hacer más bello y evocador lo que representa cada paso, para de esta manera conmover nuestros corazones.

Hay que tratar de que todo salgo lo mejor posible, lo más bonito y bello, impregnando nuestros sentidos y nuestros sentimientos; pero no podemos quedarnos sólo con lo estético. Profundicemos en el mensaje. Las cofradías desde hace siglos en esta ciudad proclaman su fe católica, a la luz de los evangelios, de la Doctrina Social de la Iglesia preocupada en demostrar que si importante es la espiritualidad, ésta va unida a la solidaridad, a la caridad, en su sentido más amplio y profundo.

La labor directa o indirecta de las hermandades y cofradías en el campo de la solidaridad es enorme, tanto a nivel individual de cada una de ellas como en la bolsa conjunta, pero todo no es lo económico. Existen muchas otras labores que son necesarias pero que no tienen ese contenido.

En esta sociedad actual, la hermandades ofrecen a los jóvenes unos espacios con valores menos agresivos que otros ámbitos habituales. Las hermandades están llamadas a ser un espacio de amor para los jóvenes, donde se aprenda a ser humano, como primer paso para ser cristiano, un estilo de vida que implica poner en el centro de todo al ser humano, como imagen de Jesús de Nazare; es decir, poner al ser humano radicalmente por encima de los intereses ecónomicos, el consumismo, todas las dependencias y, en resumen, todo lo que nos nos encadena y nos aleja del amor y de la felicidad.

Celebremos en nuestras calles a Jesús liberador del ser humano, con respeto y amor, conmoviéndonos de corazón, dispuestos a catequizar si alguien nos pregunta lo que representa cada pasaje evangélico que va en el paso.

El esfuerzo de esta tradición centenaria gaditana va dirigido a una transformación personal y de nuestra sociedad, para que el mundo sea más justo, luchando por ello incluso denunciando proféticamente.

Feliz Semana Santa para todos los cofrades y ciudadanos de esta ciudad.