El otro día desayunábamos mis apreciados amigos, Juanma Rodríguez y Miguel Ríos. Hablábamos de mi libro, que se presentará el día 30 de noviembre, en el Centro de Congresos, y cuyo título es FIN. Mística y alma. Salieron a relucir, los filósofos griegos, Sócrates, Platón, Aristóteles, la mayoría de ellos rescatados por los escritores cristianos para la Iglesia, desde San Agustín a Santo Tomás de Aquino…

Les avancé que había libros en detrimento suyo. ¿La vieja pátina del odio o la envidia con los pasos muy largos? Más. Que conste que, personalmente, me gusta Sócrates, por esta aseveración sin elogio de vida eterna y sí del descanso. "En efecto, el temor a la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo: es presumir de saber algo que se desconoce. O bien la muerte nos deja reducidos a la nada, sin posibilidad de ningún tipo de sensación, o bien, de acuerdo con lo que algunos dicen, simplemente se trata de un cambio o mudanza del alma de este lugar hacia otro. Si la muerte es la extinción de todo deseo y como una noche de sueño profundo, pero sin ensoñaciones, ¡qué maravillosa ganancia sería!".

Pero sé que Cicerón afirma que Zenón despreciaba a otros filósofos, e incluso llamó a Sócrates "el bufón del Ática" (scurram Atticum), Apuleyo dijo que Sócrates, el andrajoso y remendado, cuyo familiar era el demonio, hizo burla de sus dioses y no conoció al verdadero Dios; y Zenón Epicúreo lo llama truhan, necio, hombre perdido y rematado. Lactancio, lo llama loco, así a él como a todos los que piensan que fue sabio.

Platón, dice el mismo Lactancio, soñó a Dios más no lo conoció; fingió haber hallado la virtud, y la destruyó; instituyó en su República que todas las cosas fuesen comunes, hasta las mujeres casadas. Con su doctrina quitó la frugalidad, quitó la abstinencia, no habiendo cosa de que abstenerse; quitó la castidad, la vergüenza, la modestia, con la licencia de las cosas comunes. En fin, queriendo dar a todos una virtud, se la quitó a todos. Y Crisóstomo escribió: «Platón fue celosísimo contra todos; no consentía que ni por otros ni por él hubiese cosa de provecho: él hurtó la opinión de la transmigración de las almas; él inventó una república, en que estableció leyes llenas de mucha torpeza: las mujeres casadas sean comunes; las doncellas retocen ante sus amantes desnudas; los padres con sus hijas puedan tener cópula… Según Platón, se pasaría de la timocracia a la oligarquía, de aquí a la democracia, y ésta engendraría la tiranía. ¿Cómo ahora? ¿Dónde está la evolución? El hombre es malo por naturaleza, según Hobbes.

Oigamos ahora a Estanislao Rescio, acerca de Aristóteles: "Muchas cosas dijo Aristóteles contrarias, y muchas repugnantes, que no pueden concordarse, y que ningún hombre docto las dijera; como fue lo que dijo de la omnipotencia de Dios, de la substancia tríplice, de la idea del bien, de la Providencia, del primero principio, de la infinita acción del cuerpo finito, de la definición del tiempo, de la generación de la lumbre y del calor, del movimiento, de las propiedades de la mente y del ánima, de las esferas, de los astros y de las cosas animadas. Seiscientos son los errores de este gran filósofo"; que quitaba a Dios la providencia y la omnipotencia.

Les dije a mis queridos compañeros que escribiría sobre el bufón del ática y compañía. Allí en el Parque, con suculento café y tostadas, riéndonos de mi máxima que recordaba a Don Aniceto en el Estrada Arnáiz, filosofando entre gritos y rebeliones de alumnos. La pátina del odio, pensé que alcanza más allá de los tiempos. Sólo sé que soy humano, nadie puede ser nada peor… Y, por eso, empecé escribiendo FIN, que ahora he terminado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios