Análisis

Antonio Morillo Crespo

¿Progresista?

03 de diciembre 2025 - 03:04

Me llama la atención cuando alguien llama “progresista” al que está afiliado a un partido de izquierda; o de derecha simplemente por estar donde está políticamente hablando. Si es del tal o cual partido es de sopetón “progresista”, aunque sea el más tonto del pueblo o del barrio. Progresista al que es de un partido determinado, pero que él es un caradura o simplemente un ladrón que se aprovecha de su cargo por encima de todo y de todos. Por supuesto que puede serlo y en grado máximo, y merece que se lo digan. Incluso pueden decirlo si está afiliado a un partido de derechas.

Lo cual no tiene nada que ver cuando se tacha de progresista a un ciudadano que es ejemplar, cumple con todo lo que se ordena o es competente y activo sobre todo en aras del bien público. Verdaderamente en este caso es un progresista y merece tal calificativo. Como se entiende, no por ser de izquierda o de derecha, sino por su comportamiento en aras del bien común y lógicamente en su hacer individual.

Pero todavía tiene “más gracia” cuando el tal exhibe públicamente su calificativo de progresista, presumiendo de tal ante los demás y, por ende, despreciando a todo aquel, sea como sea su comportamiento, que no pertenezca a su partido político.

Esto va en consonancia con el desprecio o, en todo caso, el apartamiento de todo aquel que pertenece a otro partido. Aunque sea el ciudadano o la ciudadana más honrado/a, activo/a y eficaz del orbe. El mero hecho de su afiliación a otro partido político de centro o de derecha ya es de obligado calificativo de facha o, incluso más lejos, “franquista”, aunque sea un ciudadano más bueno y competente que en los escritos existan.

Pero no basta con estos comentarios, que en realidad comparten todos los que en el mundo han sido. Esto viene a cuento con lo que estamos viendo y oyendo, que nos tienen hasta los riñones por decir algo.

Hay más porque en telediarios y en prensa y, como es lógico, en el hablar a diario entre la gente es necesario que todo el mundo sepa y admire al progresista de verdad. Y esto es una verdad más grande que un templo. Progresista es todo aquel que en su comportamiento individual o colectivo trabaja, habla, canta, recita o escribe en beneficio público y sin esperar nada a cambio.

Además hay que entender y saber que si te llaman así, te obliga a serlo, de tal manera que cumplas bien cuanto hagas y, sobre todo, que seas un ejemplo para todo el mundo.

P.D. Ojalá haya mucho progresista. Ojalá en la clase política cunda el progresismo y crezca como buen trigo en la cementera. Y es que, querido amigo, estamos en una sociedad viciada por el egoísmo y la rutina. Hacen falta muchos, muchos progresistas.

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