Madríbarça II

05 de diciembre 2025 - 03:04

Elsegundo capítulo de esta breve serie que ya termina, serie efímera, acaba con esta maratón de hoy juego y mañana también, de manera que el panem et circenses de la Roma clásica está asegurado. Que el pueblo se divierta, que menos lata nos dará, podría ser una traducción benigna al español. Bueno, dejemos para otra ocasión el fondo político que ello encierra y vayamos al turrón duro. Me refiero, como todos se han dado cuenta, a la serie indefinida de partidos de fútbol que se da en esta España de Cerdanes y Montoros. Menuda dupla. Eso que se sepa..

Me refiero, descendiendo ya a los céspedes, al partido del Real Madrid en Bilbao. Esperaba una mayor oposición en el equipo de las provincias vascongadas, el Aleti del maravilloso estadio de San Mamés. Terminando en ese, no sea que… Pero, desengañémonos, el Bilbao, como disgusta a la parroquia vascuence lo nombren, es un feble equipito con más de un jovencito patadura y tuerce botas, pero que cumple con el ideal nacionalista de “todos vascos”. Chungo resulta cualquier cosa cuando se tiñe de nacionalismo. Servidor siempre se pregunta: ¿Cómo habría sido la historia de la Humanidad si no hubiesen existido nacionalismo y religiones? Sin duda, no lo pongan en tela de juicio, habría habido muchas menos guerras. En fin, que el equipo del PNV, si no cambia su política de “todos vascos”, se va a comer un colín, como dicen las chicas cursis de Villanueva del Trabuco. Curiosamente ahora les empiezan a nacer vascos de África, con Rh positivo. Vascuences que nacieron en el Congo exbelga o en Guinea-Bissau o… Cada día se ven más subsaharianos (menudo eufemismo) vistiendo la camiseta memorable de Zarra, Gaínza, Iríbar, el mejor portero que he visto en mi vida, Fidel Uriarte Macho, de negro recuerdo para Junquera, el meta del Madrid de hace un montonazo de años, o Chechu Rojo. Pues eso, que el nacionalismo los está matando, porque no siempre, en un espacio tan pequeñito, nace un remedo de los grandes peloteros recién nombrados. El Bilbao dio frente al Real de Madrid una exhibición de paupérrimo fútbol, cosa que agradeció inmensamente otro vasco, Alonso, pues si vuelve a pinchar frente los de rojo y blanco a rayas, quizá estaría preparando maletas.

Ante una defensa pírrica, el Tremendo Goleador, rápidamente encontró portería. Mal defendido y nada parado, el primero cayó muy pronto. Luego otro del gran Embapé. Siempre me pregunto en qué lugar de la clasificación estaría el Madriles sin este francés terrible para cualquier guardavallas. Claro que igual se podría uno preguntar cuántos triunfos del Barca de Iniesta se habrían frustrado sin Messi.

Con el partido resuelto, el Bilbao intentó aproximarse al área de Cortés (Courtois). Y allí se encontró con un portero soberbio. El Largo, como creo le llaman en Bélgica, estuvo sobresaliente. Y tras este rescoldo vasco, sin éxito, el partido pasó al modo tedio. Otro golazo blanco, dejó exánime al Atlético. Definitivo. Miro de reojo al gramón mientras juego al ajedrez por ver si pasa algo, pero nati. Cierto aburrimiento.

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